Cada vez más, los inversores y las compañías de capital riesgo están empezando a crear sus propios portfolios en el extranjero, aumentando así la internacionalidad de sus inversiones. Últimamente estas inversiones están aterrizando en África, que parece que el continente se está convirtiendo en un lugar menos arriesgado para que los inversores decidan confiar en las nuevas empresas que surgen allí.
Los VC invirtieron 48.300 millones de dólares en startups norteamericanas y se trata de la cantidad de dinero más elevada desde la burbuja puntocom de 2001. La inversión ha crecido un 62% en el último año, y en África también se está creciendo a unas tasas muy superiores.
El año pasado la inversión total en startups africanas incrementó más de un 100% hasta llegar a casi 27 millones de dólares. Comparado con los números que podemos ver en los Estados Unidos, puede que esto no parezca nada especial, pero debemos centrarnos en el crecimiento que hay y en que África aún es un país que se encuentra en pleno desarrollo de empresas.
Nuevos horizontes empresariales
Las inversiones provienen de una gran variedad de fuentes, desde operadores de telefonía móvil como Safaricom o Orange, invirtiendo la mayor parte del dinero, hasta empresas de capital riesgo de Estados Unidos y Europa. Los inversores individuales aún no tienen un papel demasiado importante, pero están empezando a darse cuenta de todo lo que pueden llegar a ganar gracias a ello.
Vinny Lingham, un fundador de una empresa de inversión ve en África una gran oportunidad de negocio, ya que es un continente con más de 1.000 millones de personas que viven en la miseria. Las inversiones se realizan en startups de e-commerce, tecnología, sanidad y servicios financieros. Se tratan de sectores importantes para que la población dé un paso adelante en calidad de vida.
Aún así, hay muchas otras áreas de interés para los inversores y que pueden explotar los recursos únicos de los que el continente dispone. Los inversores buscan los mismo en África que en otras partes del mundo: mercados grandes, ventajas únicas y competitividad. No obstante, hay una diferencia clave en África y esta es que se pueden conseguir grandes beneficios gracias a su etapa temprana de crecimiento.
Inversión y riesgo
La desventaja que tiene invertir en el continente africano es que los niveles de riesgo que se asocian están por las nubes. Esto, no obstante, pasa con todos los negocios que surgen nuevos, y en un país es aún más fácil que suceda. En esta ocasión, el riesgo es bastante elevado porque no existen políticas que favorezcan a las empresas, además de altos niveles de crimen y divisas inestables.
Además, siempre es peligroso invertir en un país diferente, ya que la imposibilidad de estar pendiente del negocio hace que nunca sepamos del todo si funciona bien o mal. Este es un factor clave, porque el retorno a la inversión es lo que hace que los inversores decidan si continuar o no, y los datos que llegan pueden no ser del todo verídicos. Es muy difícil controlar una empresa desde la distancia.
Como todo, debemos estar muy seguros del lugar en el que invertimos nuestro dinero. Puede ser que nos la juguemos sin saber nada y que lo perdamos todo, que es lo más probable que pase. Sin embargo, en un continente como África en el que se están empezando a desarrollar empresas, se pueden intentar exportar los conocimientos sobre un sector para así no jugar a ciegas. Puede que no termine de funcionar del todo bien, pero si tenemos en cuenta el riesgo máximo que queremos asumir evitaremos jugarlo todo a una carta.
¿Qué piensas tu de este tema? ¿Se va a convertir África en el nuevo país tecnológico emergente o aún le queda mucho por conseguir en este ámbito?
