El boom de las TC (Tecnologías de Comunicación) surgido en los últimos años para acá es algo para lo que no estábamos preparados. Es por eso que ahora, y dado el incipiente y acelerado ritmo al que éstos nuevos aparatos han irrumpido en nuestra vida diaria, nos encontramos sin saber qué hacer ante determinadas situaciones, y ya no solo hablo de la gente que cruza la carretera mirando el móvil o los que se hacen selfies conduciendo, o en vías de trenes y cosas así, si no que no nos ha dado tiempo a escribir un manual sobre como educar a los niños en éstas tecnologías, aunque por suerte, en el blog de Rodrigohm nos dan unas pistas.
En él, el autor ha impreso una infografía en una entrada en la que aborda éste mismo tema, y nos arroja ciertos consejos con el fin de que abordemos lo mejor posible la incursión de nuestros hijos –cuando lo tengamos, para algunos– en las nuevas tecnologías y que no se conviertan en seres nomofóbicos que no puedan vivir sin su terminal, la cual os traslado aquí para que los conozcáis todos.
Restringir totalmente el acceso si es menor de dos años
Pues eso que veis, resulta que si el infante es menor de dos años no debería tener ningún tipo de acercamiento a los dispositivos móviles hasta que supere ésta edad, ya que parece demostrado por estudios que en el caso de que lo tengan podría dificultar el desarrollo del lenguaje de bebé.
Ésto sin embargo es contradictorio, ya que entonces esas apps que potencian el lenguaje o que enseñan el abecedario carecerían de sentido, luego queda a decisión de cada uno si permite o no que sus hijos den uso a éstos dispositivos antes de cumplir los dos años.
Regla 1-en-4 y el uso según edades
La regla 1-en-4 es muy simple: consiste en aumentar de forma paulatina y escalonada el acceso que nuestros hijos deben poder tener a dispositivos móviles. Concretamente, comienza por darle un acceso de una hora al día, incrementando ésta frecuencia en otra hora cada cuatro años partiendo desde los dos años.
Así, el niño tendría una hora de acceso en la etapa 2-5 años, dos horas de acceso en la etapa 6-9 años, y tres horas de acceso a partir de los 10 años.
Por otra parte, podemos observar también en la infografía la imagen que nos orienta sobre el uso que deben dar los pequeños de los dispositivos digitales según su edad. Según ésto, de 2 a 5 años apenas deben usarlos, incrementando un poco ésta frecuencia de 6 a 9 años, etapa en la cual podrían tener incluso su propia tablet. En el segundo grupo, nos aconsejan que de 10 a 12 años sea vigilado el uso que el niño le da al teléfono que ya puede tener –teléfono, no smartphone–, siendo de 13 a 17 años cuando puede tener su propio teléfono inteligente, cuyo uso debe ser vigilado al principio para ir reduciendo la presión poco a poco.
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Ante todo ésto cabe decir que éstas prácticas son orientativas y depende de los padres de cada niño el llevarlas a cabo o no, no quiere decir que sea obligatorio hacerlo así, solo que técnicamente es lo más recomendable. Fuera de ésto, está claro que cada uno educa a sus hijos como quiere y así será siempre.