Hace sólo unos días que el iPad Pro se ha puesto a la venta en España, una nueva tablet de 12,9 pulgadas de pantalla, con un perfil más profesional gracias a su teclado y a su lápiz táctil, ambos opcionales. Nosotros te hemos presentado en detalle el iPad Pro y, aunque en especificaciones se trata de un dispositivo muy atractivo, lo cierto es que su concepción parece bastante alejada de los estándares de calidad que han convertido a Apple en una compañía mítica.
El iPad Pro representa una reacción a las ventas decrecientes de los iPad, y se “inspira” en la Microsoft Surface para reflotar el formato. El enfoque profesional suena bien, pero lo cierto es que el iPad Pro se trata de un producto descuidado. El amor al detalle de Apple, su perfeccionismo obsesivo, su cuidada experiencia de usuario… Ninguno de estos factores se encuentra todo lo presente que debiera en el nuevo iPad Pro, y vamos a analizar por qué:
iPad Pro, incómodo, pese a quien pese
Puede que para trabajar (junto con el teclado o el lápiz) tenga sentido este tamaño, pero como tablet se trata de un dispositivo monstruoso. Si ya la Microsoft Surface de 12 pulgadas estaba muy al límite para su uso como tableta, el iPad Pro se ha pasado claramente. Aunque no se percibe excesivamente pesado, sostenerlo con una sola mano resulta incómodo. No se siente como un dispositivo personal como debería ser una tableta o un smartphone, y eso es debido a sus dimensiones.
A la hora de transportarlo, el iPad Pro equivale a un portátil en tamaño. Así que muchos se plantearán comprar un MacBook, que sirve mejor para trabajar, no sale mucho más caro y su portabilidad resulta similar. Las tablets han destacado siempre en el consumo de contenidos, pero no me imagino mirar páginas web, leer un libro o jugar al Candy Crush en un dispositivo así. Para un uso personal es, sencillamente, demasiado grande. Para uno profesional, veremos que los problemas son otros.
Pocas opciones de configuración
Apple vende pocos productos, pero cada uno de ellos dispone de muchas versiones. El iPhone 6s ofrece 12 variantes entre el color y el almacenamiento, y el Apple Watch la friolera de 40 modelos distintos. Los iPad también cuentan con bastantes posibilidades (el iPad Air 2 y el iPad mini tienen de 24 configuraciones cada uno), pero el iPad Pro se queda en sólo 9 modelos. Claro que eso es porque se vende en tres colores, así que en realidad sólo podemos escoger entre tres opciones diferentes.
Hay un modelo de 32 GB con Wi-Fi y uno de 128 GB, que puede incluir sólo Wi-Fi o 4G/LTE también. Los iPad suelen tener tres capacidades de almacenamiento, cada uno con 4G/LTE opcional. Parece que Apple confía muy poco en el nuevo dispositivo, y no ofrece tantas posibilidades. Los tres colores tradicionales de la marca no faltan, pero se echan de menos otras configuraciones, especialmente una versión con 256 GB de almacenamiento.
Teclado en inglés y lápiz suelto
Quizá el detalle más vergonzoso del iPad Pro es que su teclado (bastante útil dado su tamaño) sólo se vende… ¡en un único color y en inglés! Es decir, Apple tiene la poca vergüenza de comercializar por 180 euros un teclado sin la letra eñe. Sí, entiendo que el nivel de ventas de este modelo pueda no justificar lanzar teclados para cada mercado pero… ¿ofrecer un producto deficiente va a solucionar el problema o lo empeorará? Además, compañías de mucho menos renombre incluyen teclados españoles en prácticamente cualquier producto.
Al final, lo que molesta no es la falta de eñe, sino la codicia extrema de Apple. Una marca dedicada al lujo, con beneficios multimillonarios y un prestigio enorme no está dispuesta a perder un poco de dinero por satisfacer a sus clientes. Desde luego, esta no es la Apple perfeccionista y detallista que conocemos. Otra prueba: el lápiz táctil no se puede enganchar al iPad Pro ni a su funda teclado, así que lo debemos llevar suelto en todo momento.
iOS aún tiene mucho que avanzar
iOS ha madurado mucho, y en las últimas versiones del sistema operativo determinadas limitaciones históricas se han eliminado. iOS 9 sorprendió con muchas prestaciones para tabletas, y luego supimos que el iPad Pro era el motivo. Los atajos de teclado resultan geniales, la multiventana me parece imprescindible, el lápiz táctil es útil para algunos… pero iOS sigue sin servir para trabajar. Para un profesional resulta mucho más lógico optar por un MacBook o una Microsoft Surface, sobre todo por la falta de programas.
De todas formas, reconozco que las limitaciones de iOS son lo que menos se le debe criticar a Apple. La marca de la manzana siempre ha concebido su sistema como cerrado, bastante orientado al usuario personal y al consumo de contenidos. No era razonable esperar que de un día a otro cambiase por completo. Tampoco podemos descartar que las apps se adapten el nuevo aparato. Sin embargo, a día de hoy, el error es la idea de un dispositivo de casi 13 pulgadas con iOS. Puede que tenga sentido en algún momento pero, ahora mismo, está claro que no.
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La verdad, la Apple de Tim Cook resulta tan exitosa como discutible. Teléfonos con 16 GB de almacenamiento por 750 euros, portátiles de 1.500 euros con rendimiento del año 2011 (el MacBook de 12 pulgadas), versiones del Apple Watch de más de 3.000 euros… Apple se ha convertido en una de las empresas más rentables del mundo gracias a su orientación al mundo del lujo y la exclusividad, pero a nivel tecnológico y de experiencia de uso cada vez deja más que desear.
Desde luego, entiendo que habrá quien no comparta mis opiniones respecto al iPad Pro y lo verá como un gran producto. Pero no podemos negar que se trata de un dispositivo un poco falto de “cariño” por parte de sus creadores, que además pretende imitar a la Microsoft Surface. La verdad, esta no es la Apple perfeccionista y obsesionada con los detalles de hace unos pocos años.
¿Qué opinas del iPad Pro? ¿Para ti se trata de un aparato cuidado e innovador, o también te parece que la marca de la manzana ha perdido el rumbo?
