A medida que se suceden los años, tenemos más información sobre las contraindicaciones que tiene el uso continuado de nuestros dispositivos móviles, ya sean smartphones o tablets. Sin embargo, el uso de este tipo de dispositivos no disminuye sino todo lo contrario, aumenta de forma exponencial del mismo modo que crecen los diferentes tipos de herramientas que requieren una manipulación similar: smartwatch, wearables, etc.
En este escenario, científicos de la Universidad de Philadelphia han querido descubrir los motivos por los que nuestra adicción hacía los dispositivos digitales no deja de crecer. Después de un muestreo hecho con más de cien personas, se han sacado conclusiones muy interesantes.
Qué han descubierto
En síntesis, lo que han descubierto ha sido que la adicción que mostramos por nuestros teléfonos móviles tiene que mucho que ver con rasgos de la personalidad como la impulsividad, el neuroticismo o la falta de autocontrol. Para llegar a estas conclusiones realizaron un experimento con más de un centenar de personas a las que le ofrecían un premio máximo de 1000 dólares. Dicho premio iría aumentando a medida que los usuarios fueran reprimiendo sus ganas de coger su smartphone.
Los resultados del experimento no se hicieron esperar. Las personas que fueron diagnosticadas con una adicción mayor fueron aquellas que prefirieron una recompensa menor y más inmediata. Dicha actitud hace referencia de forma clara a la falta de autocontrol y a un alto grado de impulsividad.
Por último, quedó reflejado que las personas más jóvenes tienen más problemas para reprimir su impulsividad que las personas más mayores. Según explican, las personas de menos edad tienen más dificultad para evaluar pacientemente las consecuencias de no reprimir su adicción para lograr una recompensa mayor en más tiempo. Algo que tiene que ver también con una personalidad menos forjada que la puede tener una persona adulta.
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