Hace ya años que comenzó a regularse el uso de determinados agentes químicos presentes en los aerosoles, para intentar proteger la integridad de la capa de ozono. En concreto la presencia de los llamados clorofluorocarbonos (CFC).
Estos, habían propiciado la creación de un gran agujero de más de 20 millones de kilómetros cuadrados en la tan importante capa atmosférica. Gracias a la concienciación, parece que algo, aunque sea lentamente, está cambiando.
La capa se recupera
La capa de ozono, presente en nuestra atmósfera es crucial para la vida en el planeta. Se encuentra a una altura de entre 10 y 40 kilómetros, en la estratosfera, y como su propio nombre indica es una gran acumulación del gas ozono.
¿Qué tiene de especial? Básicamente cumple la vital función de protegernos de la nociva radiación ultravioleta B (UV-B), que proviene del Sol. Sin esta protección, la mayoría de formas de vida de la Tierra morirían.
Hace ya 30 años que los países más importantes del mundo firmaron el protocolo de Montreal. En este se prohibían los gases como los clorofluorocarbonos, presentes en los aerosoles y que destruían el ozono atmosférico.
Tras años de destrucción de esta capa, un reciente estudio parece indicar que el gran agujero de 25 millones de kilómetros cuadrados que se había formado concretamente sobre la Antártida, se está cerrando lentamente. Al parecer se habría reducido en 4 millones de kilómetros cuadrados.
Esta reducción habría ocurrido en un periodo de 16 años, desde que en el año 2000 se detectara la máxima amplitud de la gran abertura de una las capas que hacen posible la vida tal y como la conocemos. Es un gran avance teniendo en cuenta las expectativas que poseían los científicos.
Aunque hay procesos naturales que también destruyen ozono, los investigadores creen que la principal responsable de esta buena noticia fue la prohibición de estos compuestos en productos como lacas, desodorantes y ambientadores.
El buen camino
La sociedad debe seguir así, respetando los acuerdos globales ya firmados y creando nuevos. Esta es una clara muestra de que si reaccionamos a tiempo, podemos evitar desastres naturales que podrían ser devastadores.
Por ahora no es tarde para intentarlo y se debe tomar nota sobre todo, teniendo en cuenta el grave problema del cambio climático. Si seguimos avanzando, podremos arreglar esto a tiempo.