El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que puede causar problemas muy graves. Dañando zonas muy concretas de nuestro cerebro, cambia totalmente la vida de quien la padece. Además, está aún repleta de incógnitas para nosotros.
Muchos científicos trabajan cada día para poder crear fármacos y soluciones que sean cada vez más efectivas, pero este no es el único camino. En el diagnóstico temprano se encuentra también un punto muy relevante.
Un nuevo método de diagnóstico
El Alzheimer se caracteriza por graves problemas de memoria, acompañados de la disminución de otras capacidades cognitivas superiores. Todo esto producido a raíz de la rápida muerte de neuronas en todo en encéfalo pero principalmente en el hipocampo y núcleo basal.
Como podemos leer en Engadget, un grupo de investigadores estadounidenses, liderados por la Universidad de Yale, han realizado unos avances muy importantes. Según sus investigaciones, una nueva técnica de imagen podría ayudarnos a diagnosticar eficazmente la enfermedad.
Este método se basa en combinar técnicas diferentes. Una más común, como es la Tomografía por Emisión de Positrones (PET), y otra serie de técnicas bioquímicas más revolucionarias. ¿Que permite esta fusión de técnicas?
Gracias a esto, los científicos pueden ver más certeramente lo que ocurre a nivel sináptico, es decir, a nivel de la comunicación entre neuronas. Inyectando un “marcador radiactivo”, los investigadores pueden seguir el recorrido y funcionamiento de las sucesivas sinapsis.
Este tipo de datos sólo se podían obtener con pacientes ya fallecidos, por lo que supone un gran avance. Ahora sí que se podrá ayudar al paciente con estas técnicas de diagnóstico.
Otro punto positivo es que, además, esta forma de trabajar no se reduce exclusivamente al estudio del Alzheimer. Puede utilizarse para saber más sobre otras enfermedades neurodegenerativas como el Párkinson y trastornos como la epilepsia.
Todos estos descubrimientos fueron probados en primates en un principio y en humanos después. Por lo tanto parece que su efectividad está más que demostrada.
Gracias a estas investigaciones, además de un mejor y más eficaz diagnóstico, podrá estudiarse más adecuadamente el funcionamiento de diversos fármacos en el cerebro para poder así mejorarlos y crear nuevos mucho más efectivos.