En la lejana ciudad siberiana de Norilsk, situada más allá del Círculo Polar Ártico, ha ocurrido una cosa muy extraña: el río Daldykan, que circula por la ciudad, ha aparecido teñido de sangre de la noche a la mañana debido, según la opinión pública, a una fuga de residuos tóxicos.
El río de la sangre
Este acontecimiento tan curioso se convirtió en pocas horas en un hecho muy comentado debido a la foto que subió Katerina Basalyaga, local de Norilsk, a Instagram y Facebook del río completamente rojo, como podemos leer en Hipertextual. Sin embargo, no es un evento aislado: el río que normalmente circula cristalino, no es la primera vez que se tiñe de rojo.
Según declaraciones del National Geographic, y aunque no haya un reporte científico, esta eventualidad se puede deber a dos teorias:
Que el color rojo provenga de la gran cantidad de hierro que se encuentra de forma natural en el suelo. No es extraño, un claro ejemplo de este caso lo tenemos en España, pues las aguas del río Tinto permanecen rojizas durante todo el año.
O que se haya producido una fuga química en una de las próximas factorías químicas de la ciudad.
Una posible fuga detrás del cambio de color del río
Así es, esta ciudad del norte del país que está en permanente permafrost, es decir, presenta un suelo continuamente congelado durante todo el año, y que tiene una población aproximada de 230.000 habitantes, destaca por su abundante tejido industrial. Dicho con otras palabras, es una ciudad con unos niveles de contaminación muy elevados.
Según ABC News, el Ministro de Medio Ambiente de Rusia ha declarado que el repentino cambio de color del río podría deberse a una fuga en una de las tuberías de residuos de una factoría de níquel local perteneciente a la compañía Norilsk Nikel.
Norilsk Nikel, una de las mayores productoras metálicas, emplea una gran cantidad de disoluciones ácidas y sulfuros para obtener los preciados metales. Muchos de estos sulfuros y residuos que se obtienen de emplear estos productos son de color rojizo. No resulta tan irreal deducir, por lo tanto, que se haya podido producir una fuga. Sin embargo, la compañía niega que el problema pueda venir de sus factorías, aunque también es verdad que han reducido la actividad de éstas para seguir de cerca las posibles incidencias en el río.
¿Te imaginas que el río que pasa por tu localidad de la noche a la mañana cambia de color? ¿Somos conscientes de la huella ecológica que le estamos dejando a nuestro sucesores?