Las llamadas “energías limpias” nos ayudan a mantener una productividad teniendo siempre en cuenta al medio ambiente. Gracias a ellas podemos evitar grandes estragos y proteger de esta manera nuestro planeta. Por si esto fuera poco, parece ser que algunas de ellas podrían otorgarnos beneficios en ámbitos insospechados.
Hoy aquí, en Xombit, hablaremos de cómo unas células fotovoltaicas podrían hacer funcionar los implantes médicos con los que muchas personas conviven. Aparatos como los marcapasos no necesitarían nunca más la energía de una batería tradicional.
Un “implante solar”
Para comenzar, debemos entender qué es realmente una célula fotovoltaica. También conocidas como células fotoeléctricas, estos pequeños dispositivos permiten la transformación de energía lumínica –en este caso procedente del Sol– en energía eléctrica.
Sabiendo esto, un grupo de investigadores del hospital universitario de Bern, en Suiza, ha realizado un estudio. Con su trabajo, pretendían comprobar la viabilidad de una posible introducción de esta tecnología en todo tipo de implantes médicos.
Si esto fuese posible, médicos y pacientes se ahorrarían mucho esfuerzo. Como podemos leer en El País, hoy en día los implantes son recargados mediante un proceso de inducción magnética. Además de esto, serían necesarias menos revisiones y reparaciones.
Como podemos ver, los beneficios de un implante que se recarga sólo y gracias a la energía solar son más que evidentes. Por lo tanto, ¿cuáles han sido los resultados del estudio?
Según los investigadores, una célula fotovoltaica de 3,6 centímetros cuadrados sería suficiente para hacer funcionar un marcapasos. Esta sería introducida bajo la piel, en una intervención relativamente sencilla, y obtendría la energía lumínica del exterior.
Un grupo de 32 voluntarios fue necesario para probar estos aparatos, durante meses. La conclusión es que este sistema funcionaría correctamente y que por lo tanto es viable. Independientemente de la vida que llevase el sujeto o la época del año, las células fotovoltaicas obtenían la energía necesaria. Cabe decir que esta no es muy elevada, apenas unos 10 microvatios.
Por lo tanto, todo parecer apuntar a que se abre un nuevo horizonte de investigación e innovación. Seguro que en algunos años podremos comprobar cómo esta investigación da lugar a un nuevo concepto de implante médico.
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