La situación entre Uber y las autoridades estadounidenses no se encuentra en su mejor momento. Tras conocer que la compañía ha sido multada con 20 millones de dólares por engañar a los conductores, ahora sale a la luz que Uber ha estado engañando a la policía en diferentes ciudades del mundo para evitar sus investigaciones.
El diario encargado de publicar esta exclusiva ha sido el prestigioso The New York Times, que no ha dudado en explicar el sistema empleado por Uber para evitar a las autoridades. Según el medio la compañía creó una aplicación secreta que contaba con Greyball, una función que sirve para identificar a los reguladores a través de la información de Uber y otras técnicas y así los conductores pueden evitarlos.
El objetivo de Uber era evitar las prohibiciones de las leyes en algunas ciudades e incluso ofrecer sus servicios en países en los que estaban prohibido. Durante los últimos años la compañía ha utilizado esta herramienta en ciudades como París y Boston y en países como China y Australia. Parece la aplicación secreta ha funcionado y Uber ha evitado un gran número de denuncias.
El funcionamiento de Greyball es sencillo: identificaba a los usuarios que han utilizado la app de forma continua cerca de edificios de las instituciones gubernamentales. Además, los empleados investigaban las tarjetas de créditos de estos usuarios y sus redes sociales para conocer si tenían relación con las autoridades. Si el usuario era sospechoso, Uber cancelaba sus viajes o le mostraba trayectos inexistentes a través de una versión falsa de su app.
Este no fue la única estrategia de Uber para detectar a los reguladores. Los trabajadores de la compañía fueron incluso a las tiendas de teléfonos para conocer cuáles eran los modelos más baratos, ya que la compañía creía que los investigadores compraban varios móviles de bajo precio para acceder a la app.
Greyball es un programa perteneciente a los VTOS, es decir, de “violación de los términos de servicio”. Fue creado por la compañía para evitar el fraude y la competencia, aunque ha acabado sirviendo para evitar a las autoridades. Uber ha dado un paso al frente y ha reconocido que ha utilizado la aplicación, por “motivos de seguridad” y en ciudades donde el servicio no está prohibido.
“Este programa niega las solicitudes de viajes a usuarios fraudulentos que están violando nuestros términos de servicio – ya sea gente que pretende dañar físicamente a los conductores, los competidores que buscan interrumpir nuestras operaciones, o opositores que conspiran con las autoridades en operaciones encubiertas” ha explicado un portavoz de Uber.
No queda ninguna duda de que Uber trabajó a fondo para evitar a las autoridades a través de numerosas estrategias y evitar así su control, aunque aparentemente contaban con el servicio de sus asesores jurídicos. ¿Terminará siendo el artículo del The New York Times una investigación judicial?