Lo que comenzó como modelo atractivo de negocio en muchas ciudades del mundo se ha salido de control. Uber, una de las compañías privadas mejor valoradas del mundo, se ha visto envuelta en escándalos de diversa índole, que han colocado a los miembros de su junta directiva en una posición poco conveniente para el futuro de la compañía valorada en 69 mil millones de dólares.
Así, a los escándalos por cobros de tarifas elevadas, por la mala retribución económica a los chóferes, por las preferencias políticas del su CEO, se sumó una denuncia por acoso sexual y otras prácticas negativas en la cultura de la empresa, que esta semana podrían tener una sanción definitiva.
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Uber podría remover al presidente ejecutivo
Este domingo, todos los planteamientos relacionados con las denuncias de discriminación, acoso sexual y en general, el ambiente tenso que se respira en la empresa, fueron expuestos ante el Consejo de Administración de Uber, con el fin de tomar correctivos que permitan redireccionar el rumbo de la compañía.
Entre el conjunto de recomendaciones que fueron llevadas ante el Consejo de Administración con el fin de comenzar “una nueva etapa” en la compañía, se acató la destitución del jefe de negocios de Uber — y mano derecha del CEO, Emil Michael. En su lugar, Uber ha planteado nombrar a David Richter, actual vicepresidente de iniciativas estratégicas de la empresa.
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En el mismo informe, el nombre del fundador y CEO de la compañía, Travis Kalanick, también apareció entre las recomendaciones. Para el fundador de la red de transporte que hoy en día es Uber, se solicitó una licencia de un año, que aún la compañía no ha confirmado, aunque dada la rigurosidad con la que se ha tomado la situación es posible que se acate.
Uber ha anunciado que hará del conocimiento de los empleados todas las decisiones a lo largo de la semana. Estos cambios incluyen destituciones y nombramientos que apoyen en el cambio de dirección de la empresa, que aunque no se logrará en una abrir y cerrar de ojos, representa un gran comienzo.
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