Con los autos de motor a gasolina la recarga de combustible sucede en un par de minutos, caso contrario pasa con los autos eléctricos que necesitan estar conectados a un poste de carga rápida, entre al menos unos quince o veinte minutos, lo que supone una gran desventaja dentro del mercado de vehículos.
Sin embargo, en el negocio de los autos eléctricos o híbridos nada está perdido. Investigadores de la Universidad de Purdue aseguran haber desarrollado un “método instantáneo” para la recarga de baterías. Según ellos no solo es rápido sino que además es viable económicamente y respeta al medio ambiente.
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La apuesta son las baterías de flujo
El proceso es similar al reabastecimiento de combustible de un automóvil en una gasolinera. Las baterías que proponen están basadas en la tecnología de las baterías de flujo, en las que dos productos químicos disueltos en líquidos y separados por una membrana producen la electricidad. Pero las suyas no usan esa membrana, lo que las hace más baratas y además duraderas, ya que se evita que la membrana se pueda ir atascando, lo que limita la efectividad y el número de cargas de la batería.
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Eric Nauman, cofundador de Ifbattery y profesor de ingeniería mecánica y biomédica en Purdue, explica que:
Ifbattery está desarrollando un sistema de almacenamiento de energía que permitiría a los conductores llenar sus vehículos eléctricos o híbridos con electrolitos de fluidos para reenergizar los fluidos de las baterías gastadas de manera similar al reabastecimiento de combustible de sus tanques de gas.
Punto a favor
De darse este proceso, los electrolitos gastados se pueden recoger para luego ser llevados a recargar en una instalación de energía solar y luego llevarse de regreso a una estación de servicio para cargar más baterías.
La innovación de este sistema podría acelerar la adopción de vehículos eléctricos e híbridos al eliminar el tiempo necesario para detener y recargar la batería de un coche eléctrico convencional, ambos entre los grandes desafíos a los que siempre se ha enfrentado la industria.
Asimismo, el proyecto plantea reducir dramáticamente la necesidad de una nueva infraestructura para apoyar las estaciones de recarga ya existentes, pero un sistema de distribución y recogida de electrolitos, con depósitos, surtidores y flota de vehículos que los transporte, puede resultar un nuevo problema para la industria.
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