El popular creador de Avatar ya había demostrado su fijación con los fondos oceánicos en la película The Abyss de 1989, entre otros trabajos. Pero hay quien lleva sus inquietudes creativas mucho más lejos, sobre todo si se lo puede permitir. Así que hoy nos enteramos de que James Cameron se ha subido al submarino Deepsea Challenger para que su nombre quede grabado en la historia de la exploración humana, aparte de en la cinematográfica. Un reto emocionante, que demuestra el espíritu aventurero del veterano director de películas tan importantes como las dos primeras entregas de la saga Terminator, la segunda parte de Alien o la oscarizada Titanic.
La hazaña ha consistido en el descenso al abismo Challenger, algo en lo que ha invertido dos horas y treinta y seis minutos, más otros setenta de ascensión. Es la primera vez que una persona llega en solitario a esta profundidad, en la que la presión alcanza las mil atmósferas. Cameron ha aprovechado para grabar todo el proceso (incluso con cámaras 3D) y recoger muestras de esta zona tan poco accesible de la Fosa de las Marianas, que se encuentra a once kilómetros bajo la superficie. En este proyecto ha tenido la colaboración de la NASA y de National Geographic, lo que nos asegura un didáctico documental al respecto.
La iniciativa resulta loable aunque, como fan de la obra del director, preferiría que dedicase su tiempo a trabajar en nuevas producciones y no a este tipo de aventuras. Pero tampoco sería nada raro que una experiencia de este tipo le inspire para próximas películas de ciencia ficción. En cualquier caso, el hito ya ha quedado marcado: James Cameron ha sido la primera persona en descender en solitario al punto más profundo del océano. Un hecho importante, que desde luego merece toda nuestra admiración.
¿Qué te parece la noticia? ¿Piensas, como yo, que Cameron haría mejor en centrarse en su carrera, o consideras interesante esta afición que se ha buscado?