25 películas para la historia: del 22 al 20

(22) El hombre tranquilo / The Quiet Man – 1952 – John Ford

Hay películas que te dan pereza. Las quieres ver, pero nunca encuentras el momento adecuado, prefieres mirar tu acuario de almejas. Eso me ocurría con El hombre tranquilo. No sé el motivo, era irracional, y ahora me saco los ojos de rabia. Me privé de un gran placer durante años. Soy muy tonto. Mucho.

Sean Thornton (inmenso John Wayne, que nunca se dice), es un boxeador que regresa de Norteamérica a su Irlanda natal, de donde partió a los 12 años, para recuperar su granja y escapar de los fantasmas de su pasado. Un pasado que le atormenta. Ha matado a un hombre en el ring. A “Johny” Galeano. Y no hablo del tipo al que imita el rumboso Joaquín Reyes, y que despotrica de los judíos cuando empina el codo.

En el número 22, tenemos una historia que destila ternura y aire irlandés, la cinta mas personal de ese genio llamado John Ford, pero sobre todo, un cuento que te hará reír y disfrutar.

Nada más llegar a Innisfree, se enamora de Mary Kate Danaher (Maureen O’Hara). ¡¿Y quién no caería en sus redes?! Una mujer apasionada, bellísima… Maureen podría hundir un acorazado paseando por el puerto, moviendo las caderas, ningún barco soporta miles de marineros agolpados a babor.

John Wayne deberá entender las costumbres locales para conquistarla; y luchar contra ellas. El poder de la tradición y de las normas sociales es una guillotina que corta en seco nuestra libertad. Su antagonista es el hermano de Mary Kate, Willy Danaher, un grandullon temido en el pueblo y que anota en su libreta el nombre de todo aquel que no obedece sus deseos. ¿No crees que un rencoroso de verdad jamás necesitaría libretas? ¡No me digas que tú también tienes un cuaderno para eso!

Estados Unidos no es Irlanda, y el siglo XX no es el XXI. Me gusta dejar claro lo evidente. La dote es un término desfasado, al que seguramente, tú y yo le demos tanta importancia como Sean, y sin embargo, es clave para Mary Kate, es parte de su ser, y al mismo tiempo, es la llave de la película, la campana que despertará al boxeador de su letargo. Cuando el “hombre tranquilo” comprende lo que significa la dote para su pelirroja, dará un golpe en la mesa. Sí. Y habrá pelea. Una refriega de puños, legendaria, desternillante y larga, que será su redención. Al fin podrá superar su pasado, se aceptará sin ayuda de Freud, y será “adoptado” en Innisfree, ese pueblo encantador de verdes praderas y personajes inolvidables.

(21) Entre copas / Sideways – 2004 – Alexander Payne

Dice el manual que la película de Alexander Payne es una comedia dramática, pero mi abuela diría, agridulce, y yo me fío más de mi abuela. Tenías que haberme visto salir del cine la noche de autos. La sensación de plenitud era total, mi sonrisa rivalizaba con la de Julia Roberts, te habría invitado a una cerveza. O a diez. ¡Barra libre! En mi opinión, junto a Atrapado en el tiempo y Mejor imposible una de las mejores comedias de las últimas décadas. Unos diálogos tan inteligentes que podría haberlos firmado el propio Billy Wilder.

Las despedidas de soltero están de moda en el cine, pero ninguna como esta, ninguna tan real ni tan peculiar. Miles es un enófilo. Tranquilo, no es nada grave. Simplemente, aficionado al vino. Lo que sí podría confinarlo para siempre en una caja de roble es su divorcio. No lo supera, y eso le tiene deprimido. Para colmo, es un aspirante a escritor sin demasiado talento. Una joyita. ¿Te apetece ser su amigo? ¿Dónde está la comedia? ¿Quieres que el taciturno de Miles te organice tu último viaje de soltero?

La víctima es Jack. Su amigo. Un actor fracasado, un seductor capado, que tiene una cara de cabroncete que no puede con ella. Thomas Hayden Church ganará el Masters de Augusta, antes de cazar otra vez un papel tan goloso. La despedida de soltero, en principio, no motiva demasiado, no es en Ibiza ni en Las Vegas. Es un viaje para visitar viñedos y probar vinos. Una bodega siempre es una buena idea, pero California tampoco es Logroño, ni La Rioja. Seré sincero, habrá resaca, pero no huele a gran juerga. Dilo anda, ¡suena a tostón! ¡Que salga ya la stripper!

El colosal Paul Giamatti y su delirante colega forman una extraña pareja, aunque no sean Jack Lemmon ni Walter Mathau. Jack quiere divertirse a lo grande, necesita saborear sus últimos días de libertad, pero el soporífero Miles sueña con paladear el vino perfecto. ¡Que es una despedida, leches! Jack sería feliz con un vino en tetrabrik, con una mala imitación de un Don Simón, mientras que Miles mataría por un Pinot. Ya están desnudos. ¡Que no hay stripper!

Venga va, diré que conocen a dos chicas, dos mujeres que se merecen un piso. Y un castillo. Sandra Oh y Virginia Madsen. La crisis de la mediana edad es una mina de carcajadas, los hombres somos muy parodiables. En fin, una historia sencilla y magnética, que como los buenos vinos, ganará con el tiempo.

(20) El extraño viaje – 1964 – Fernando Fernán Gómez

Una película inclasificable que desgraciadamente casi nadie conoce. ¡Y es española! Nos tiramos de los pelos con el cine patrio, y creemos que toda nuestra contribución al arte que alumbraron los Lumière viene de la mano de esos abuelos made in spain, o del ruiseñor de la pradera, o que estamos condenados para siempre a ver caminar por la alfombra roja a las marisoles al borde un ataque de nervios. Pensamos que cuando rodemos mil historias sobre la Guerra Civil nos volveremos civilizados, y ya no seremos esos machos de pelo en pecho al fondo del bar, que salivan sofocados cuando escuchan hablar sobre el destape de tópicos suecos. No es así. He aquí un ejemplo. Hubo un tiempo en el que también se hacía buen cine en España. Y se guardaba bajo alfombras, que no siempre eran rojas.

El extraño viaje te inmovilizará como si fuera un experto yudoca, pero nacido en un pueblo de provincias, con boina y acento paleto. Y hará que dejes de confiar en tus dotes detectivescas. Que no te asuste el blanco y negro, es tan moderna que Amenábar podría firmar esta obra hoy mismo, y no cambiar ningún fotograma para el estreno de mañana. Es un viaje a ninguna parte sobrevolando los géneros. ¿Terror? ¿Comedia? ¿Drama? ¿Suspense? ¿Costumbrismo? ¿Thriller? ¿Esperpento? El ideólogo fue Luis G. Berlanga, y eso implica unas cucharadas de mala leche en la miel. Además, está basada remotamente en un suceso real que pone los pelos de punta. El crimen de Mazarrón.

Deja la lujuria un mes, y ella te dejará tres.

Paquita (Rafaela Aparicio) y Venancio (Jesús Franco) son, sin duda, y aunque no te lo creas viendo esos nombres, la pareja más aterradora e inocente que nunca verán tus ojos. Ríete de los Funny Games de Michael Haneke.

La película del académico de la lengua que ocupaba la silla Z, es macabra, y no solo es para el verano. Salpicará tu mirada de betún. La sociedad española, en su conjunto, no estaba preparada para ver esta obra maestra cuando se rodó. Su humor, su crítica social… dan miedo. Despelleja sin piedad la piel del toro, y nos muestra en bandeja de plata la falta de libertad, la represión, la doble moral y el atraso. ¿Estaremos ya preparados para colocar donde se merece esta cinta o la mandaremos “a la mierda”? ¿Hemos progresado?

Del 25 al 23: El club de los poetas muertos, Espartaco, Ladrón de bicicletas.

19 y 18: El cazador, Perdición.

MI LISTA de las 25 películas.