RIM está dispuesta a cambiar completamente, y como prueba de ello hasta ha modificado su nombre, adoptando el de su gama de dispositivos: BlackBerry. Y es que no hay otra posibilidad para la empresa si quiere evitar la irrelevancia y la eventual quiebra, puesto que no estaba pasando por un buen momento, debido a la fuerte competencia de los otros participantes del mercado de los smartphones. Los productos de la multinacional canadiense llevaban mucho tiempo desfasados, tanto en lo que respecta a su hardware como al software, y por fin la marca ha hecho un movimiento para solucionarlo. Pero… ¿podrá todavía salvarse la empresa de Waterloo?
Lo cierto es que BlackBerry 10 resulta un sistema operativo moderno, enfocado a la multitarea y con una interfaz orientada hacia los gestos. Ofrece una gestión unificada de las notificaciones, correos y redes sociales, aparte de un teclado rápido y con funciones innovadoras. Además, la tienda de aplicaciones ya dispone de bastantes programas, y parece dispuesta a crecer rápido. No podemos decir que el software no sea bueno, pero realmente no tiene ventajas clave que ofrecer a un usuario de iOS o Android. Y aquí llega el gran problema: ¿quién se va a decantar por una plataforma joven y sin prestigio que no disfruta características diferenciadoras, cuando existen alternativas de probada fiabilidad?
Respecto a los terminales presentados, la BlackBerry Q10 y la BlackBerry Z10, adolecen del mismo inconveniente. Son piezas de hardware correctas, competitivas y relativamente actuales, pero que no tienen ninguna prestación fuera de lo común que vaya a atraer al público. Marcas como Samsung, Apple o HTC realizan propuestas mucho más atractivas, que gozan desde hace tiempo del favor de los consumidores. Quizá un entusiasta de la compañía canadiense esté encantado con el claro paso adelante que suponen estos dispositivos, pero a la mayoría de los compradores estas novedades les resultarán indiferentes. A no ser que una campaña de publicidad potente haga el milagro de atraer a los usuarios, no creo que podamos augurar éxito a estos modelos.
En definitiva, parece que el cambio de nombre no va a traer una RIM capaz de plantar cara a sus rivales. Android e iOS ya están demasiado establecidos en el sector, y Windows Phone parece cómodamente instalado en la tercera posición gracias al apoyo de Nokia. Me gustaría poder anunciar un futuro brillante para la multinacional de Waterloo, pero mucho me temo que su BlackBerry 10 será otra de esas prometedoras plataformas que no son capaces de encontrar su lugar, como ha ocurrido con los atractivos webOS o MeeGo. Es una lástima que los consumidores tengamos menos donde elegir, pero opino que BlackBerry no va a durar mucho tiempo en el mercado.
¿Cómo ves tú este tema? ¿Coincides conmigo en los problemas a los que se enfrenta la empresa canadiense, o la auguras unas perspectivas más positivas?