A muchos usuarios de smartphones o tabletas les ha pasado: han bajado un juego que se anunciaba como gratuito, para descubrir que en un par de horas se volvía una tortura avanzar si no compraban algún extra. Francamente, si nos gusta el ocio electrónico y valoramos nuestro tiempo, me parece mejor pagar por maravillas como Monument Valley o Oceanhorn que sufrir un juego free-to-play, que además tampoco está claro cuánto hay que gastar para jugarlo en condiciones. Pero hay gente que pica, y ahora las autoridades europeas han hecho algo al respecto, para proteger a los consumidores.
Pues bien, leemos en Andro4all que los juegos con compras integradas ya no serán denominados como “gratis” en Google Play. Un ejercicio de sinceridad, promovido por la Comisión Europea, que quiere proteger a los compradores más vulnerables, especialmente a los niños. No hay que olvidar que Apple ya tuvo que devolver dinero de compras en aplicaciones por tener un sistema de pago no del todo seguro para los padres. Así que, a partir de septiembre, estos cambios llegarán a Google Play, la tienda de aplicaciones de Android. La marca del buscador no controla mucho este repositorio, pero se ha comprometido a vigilar si se cumplen las nuevas condiciones.
Es verdad que la marca ya solucionó parte de este grave problema al permitir configurar que cada vez que se haga una compra se solicite la contraseña. Creo que esa debería tratarse de la opción por defecto, y no veo que tenga mucho sentido que existan otras. Siempre he sido muy contrario al modelo free-to-play pero, dado que parece que ha llegado para quedarse, es mejor que los consumidores vean claro lo que implica. Desde luego, decir que estos juegos son “gratis” es faltar a la verdad, porque la mayoría requiere pasar por caja para disfrutarlos.
¿Qué te parece esta medida? ¿Positiva para los usuarios, o una regulación de todo innecesaria?