Estamos a pocos minutos del estreno de la octava temporada de Doctor Who, un día especial que inaugurará una nueva era, la de Doce, la del Doctor de Peter Capaldi, y el momento ideal para los que quieran empezar a ver la serie. No hace falta que veas las treinta y tres temporadas anteriores, siempre estaréis a tiempo de ello, pero sí que necesitas saber algunas cositas antes de entrar en el universo Doctor Who.
¿Qué es Doctor Who?
Doctor Who es una serie de ciencia ficción y aventuras de la BBC estrenada el 23 de noviembre de 1963. La serie se emitió sin interrupciones hasta su cancelación en 1989. Posteriormente, en 1996, la serie fue recuperada en un telefilm protagonizado por Paul McGann que tenía que servir de episodio piloto de una nueva etapa, pero tuvo unas críticas tan desastrosas que el proyecto no siguió adelante. En 2005 la BBC lo volvió a intentar, esta vez con éxito, e inició la conocida como época moderna de Doctor Who que dura hasta la actualidad.
Con más de ochocientos episodios, es la serie de género más longeva de la historia de la televisión aunque no todos se conservan. Hay más de cien episodios perdidos de entre 1964 y 1973 de los que sólo quedan fotografías o grabaciones caseras porque la cadena entonces reutilizaba las cintas aunque se están recuperando algunos de ellos poco a poco.
Si queréis saber más sobre la historia de sus orígenes podéis echarle un vistazo al telefilm An Adventure in Space and Time que la cadena emitió con motivo del cincuenta aniversario de la serie.
¿Quién es el Doctor?
El Doctor, así, a secas, es un Señor del Tiempo, un alienígena del planeta Gallifrey que explora el universo a través del tiempo y el espacio en una nave con apariencia de cabina de la policía de los años sesenta llamada TARDIS, acrónimo de Time and Relative Dimensions in Space (Tiempo y Dimension Relativa en el Espacio), que como repite cada nuevo ser que la vista, es mayor por dentro que por fuera. En un principio podía cambiar de aspecto exterior pero eso ya no es posible por un problema de funcionamiento y sólo puede cambia su interior.
Tiene dos corazones, odia las armas, no se separa de su destornillador sónico, que como si de una navaja suiza se tratase le sirve absolutamente para todo, y aunque algunas de sus mayores aventuras son en solitario, suele viajar acompañado, preferiblemente por mujeres intrépidas y de carácter fuerte que se alejan de la imagen de mujer florero.
Si contamos a Capaldi y al conocido como Doctor de la Guerra, el personaje ha sido interpretado hasta la fecha de manera oficial por trece actores debido a que el Doctor tiene la capacidad de regenerarse cuando está a punto de morir—en un principio se dijo que eran limitadas pero en The Night of the Doctor supimos que no es así y se quitaron el problema de encima—. Con cada nueva encarnación el personaje va cambiando tanto de aspecto como de carácter, y ha sido tanto un viejo siniestro y malhumorado —el primero— como un jovenzuelo juguetón —Diez y Once—.
El primer Doctor fue el veterano William Hartnell (1963-1966) y el más popular de la época clásica fue Tom Baker (1974-1981), el cuarto, y David Tennant (2006-2010) y Matt Smith (2010-2013), décimo y undécimo respectivamente, luchan por convertirse en el más querido de la época moderna a la espera de lo que pase con Capaldi.
Sus enemigos
A lo largo de los años el Doctor se ha ido haciendo muchísimos enemigos porque es incapaz de estarse quieto frente a las injusticias incluso a costa del futuro —y porque sus companions le suelen empujar a actuar— pero quizás los más conocidos sean los Daleks.
Los Daleks, que aparecieron por primera vez en el segundo serial o conjunto de episodios titulado The Daleks, son una cyborgs que parecen tanques —o más bien cafeteras— creados por el científico Davros a partir de la raza alienígena Kaled eliminando su capacidad de compasión o pena. Quieren dominar el universo exterminando a todo el que se le cruce —de ahí su famoso grito de guerra Exterminate!— y acusan a los Señores del Tiempo de haber causado rupturas en el continuo espacio-tiempo.
Se suele decir que son el talón de Aquiles del Doctor pero no son los únicos. La lista es larguísima: están los cybermen o cyberhombres, otros cyborgs o humanoides en este caso del planeta Mondas, los Weeping Angels o Ángeles Llorosos, unos aliens con forma de estatua que cobra vida cuando no se les mira, Silent o el Silencio, unos seres que viven entre nosotros e incluyen en nuestras decisiones pero que a pesar de medir más de dos metros olvidamos haber visto cuando no les dejamos de mirar, Vashta Nerada, una especie microscópica que se oculta en las sombras y que es capaz de devorar una persona en cuestión de segundos, los Adipose o Adiposos, que no era más que grasa humana convertida en pequeñas criaturas adorables, o, por su puesto, The Master o El Amo, un Señor del Tiempo renegado que a lo largo de los años ha sido interpretado por varios actores —el último ha sido John Simms—.
¿Por qué Doctor Who es tan importante?
Doctor Who fue pionera en muchas cosas. Para empezar, fue la primera serie de la BBC en contar con una mujer como productor ejecutiva, Verity Lambert, y fueron los primeros en utilizar música electrónica tanto en sus títulos de crédito como en sus efectos sonoros creados en el mítico BBC Radiophonic Workshop, cuyos sonidos podéis recrear en esta aplicación.
Todo esto es muy importante, pero probablemente lo más sorprendente de Doctor Who es que ha conseguido influir en la cultura popular a lo largo de varias generaciones, nada mal si tenemos en cuenta que se trata de una serie de ciencia ficción, un género para algunos desprestigiado, y que empezó como una programa para niños, aunque nunca fue únicamente para niños.
Detrás de su producción barata, sus efectos especiales cutres y sus monstruos ridículos, se escondían relatos complejos que acercaban a las generaciones más jóvenes historias clásicas de la ciencia ficción y de la literatura en general, así como temas históricos que otras series o films ni siquiera se atrevían a tocar. Varias generaciones han crecido viéndola y autores y directores actuales como Steven Spielberg, J.J. Abrams, Ridley Scott, Douglas Adams o, por supuesto, Neil Gaiman reconocen que en su momento les marcó.
¿Por qué empezar ahora?
Con cada regeneración la serie sufre una especie de reseteo. Como ya he comentado anteriormente, el carácter del personaje cambia, unas veces de manera más acusada que otras en función de si también cambia el showrunner —caso de la entrada de Stephen Moffat por Russell T. Davies que sustituyó lo emocional por lo cerebral— por lo que la serie en sí cambia también. Esa es la razón por la que la primera reacción de los whovians ante el anuncio de un cambio de Doctor es la de negarse porque aunque la serie siga, no será igual. Eso sí, las quejas suelen durar muy poco porque en cuanto ven unos episodios de la nueva etapa se les olvida sus reticencias iniciales.
Además, los productores suelen aprovechar para introducir mejoras técnicas y estéticas —por ejemplo, el cambio entre las eras de Tennant y Smith es espectacular—, y los guionistas suelen tener muy en mente a los casual viewers o espectadores que se suman a última hora por lo que cada vez que se toca un tema clásico o aparece un personaje recurrente —villanos, aliados, ex-companions…— siempre proporcionan información básica para entender la situación incluso a veces llegando a cambiar algunas cosas del canon oficial como por ejemplo la Guerra del Tiempo entre los Señores del Tiempo y los Daleks.
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Si todavía no estáis seguros y no os atrevéis a empezar a pelo con la octava temporada, lo mejor es empezar por las eras de Tennant o Smith, o como mucho con la de Eccleston, la primera de la etapa moderna, pero si no sois fanáticos del género —y no tenéis demasiada paciencia— no es nada recomendable empezar desde el principio de la época clásica. Repito, siempre hay tiempo para volver para atrás y más si tenemos en cuenta de que se trata de una serie que no para de viajar en el tiempo. ¿Qué mejor homenaje al Doctor?