Cruce de declaraciones entre Microsoft e Intel sobre la versión ARM de Windows 8

Parece que entre Intel y Microsoft empiezan a surgir roces a raíz de la decisión de la empresa de Redmond de dar soporte a procesadores ARM en Windows 8. Renee James, vicepresidenta de la compañía creadora de los Pentium, tranquilizó a sus inversores durante una reunión asegurando que las máquinas que monten chips de su rival no podrían ejecutar aplicaciones clásicas de Windows. Este escenario es bastante razonable, ya que las diferencias entre las arquitecturas x86 y ARM dificultarán la compatibilidad, lo que se agrava por el hecho de que esta versión Windows 8 probablemente esté orientada a tablets, e incluirá cambios profundos en la interfaz. Pero las declaraciones fueron más allá, y se llegó a afirmar que habría que realizar desarrollos específicos para cada uno de los procesadores de los diferentes proveedores (NVIDIA, Qualcomm y Texas Instruments). La reacción de Microsoft fue inmediata:

Las declaraciones de Intel en su encuentro de inversores de ayer sobre los planes de Microsoft respecto a la próxima versión de Windows fueron objetivamente inexactas y lamentablemente engañosas. Desde las primeras demostraciones de Windows en chips ARM hemos dejado claros nuestros objetivos y hecho énfasis en que estamos en una fase de pruebas tecnológicas. Por lo tanto, no tenemos más detalles o información que ofrecer en este momento.

De estas palabras no se desprende mucho, ya que no queda claro si el hecho “objetivamente inexacto” es la falta de soporte de las versiones ARM de Windows 8 para aplicaciones antiguas o las incompatibilidades entre las nuevas plataformas. Lo relevante es que suponen un punto de inflexión en las relaciones de las dos empresas. Resulta bastante significativo que Intel haga declaraciones erróneas o falsas respecto a un producto de un socio tan importante. Aun en el caso de que manejen datos correctos, saben perfectamente que los chicos de Steve Ballmer no desearían que esa información saliera a la luz. En la compañía de Santa Clara deben sentirse amenazados por la situación, pero parece dudoso que este tipo de actitudes vaya a solucionar nada.

Lo cierto es que tienen fundados motivos para la preocupación. Las arquitecturas ARM dominan el mercado de los smartphones, cada vez más importante. Si la situación no da un giro radical, el de los tablets también va a seguir siendo suyo. Y es que la elevada eficiencia energética de la plataforma y el rápido aumento de su potencia representan un desafío para Intel en todos los ámbitos. Es lógico que Microsoft empiece a apostar por ARM.

En cualquier caso, no cabe duda de que en Redmond las declaraciones de Intel no han sido bien recibidas. Calificar lo dicho como “lamentablemente engañoso” es una muestra de que se han sentido atacados.

Sería arriesgado hacer pronósticos sobre como va a evolucionar la relación entre los dos gigantes, aunque dada su gran interdependencia, es probable que sigan siendo colaboradores estrechos durante bastante tiempo, por muchos problemas que surjan. Lo que sí es evidente es que la decisión de Microsoft de realizar una versión ARM de Windows 8 va a ser positiva para los consumidores. No conocemos muy bien el perfil del producto, pero está claro que aumentará el abanico de opciones disponibles. Y la presencia de un nuevo competidor significará precios más bajos y mejores prestaciones. Parece que en los próximos años nos esperan muchos cambios en el mundo de los procesadores.