Félix Romeo sólo publicó tres novelas en vida y dejó terminada una cuarta que se publicó póstumamente, pero su producción cultural abarca el ensayo literario, la poesía, la novela, la traducción, la crítica literaria y la televisión (fue director del programa La madrágora en TVE). Una vida llena de inquietud y pasión por la innovación en la cultura que se refleja en Dibujos Animados.
A través de los ojos de un preadolescente (aunque pudiera ser algo mayor pues es bastante difícil determinar la edad exacta del protagonista/narrador a partir de las referencias que aparecen en la novela) Félix Romeo reconstruye con acierto y precisión la vida de finales de los setenta y principios de los ochenta en España.
El estilo recuerda mucho a Cartero o Factótum de Bukowski con una estructura de pequeños capítulos pero, a diferencia de lo que ocurre en las obras de Bukowski, Dibujos Animados no sigue un relato lineal sino que la narración avanza o retrocede varios meses de golpe sin llegar a conocer con claridad en que momento se encuentra cada escena.
Con la vida de una familia de clase media como hilo conductor el autor va desgranando con precisión la forma de pensar, actuar y hablar propias de aquella época. Un retrato crudo y desgarrado de una España rural e inculta teñido de trivialidad gracias al excelente trato de la palabra que realiza Félix Romeo.
Los capítulos son sumamente pequeños (cuatro o cinco líneas en ocasiones) y constituyen pequeñas píldoras que se van introduciendo en la memoria del lector para ir formando un todo compacto y bien acabado que acaba encajando perfectamente en nuestra cabeza.
La novela fue publicada por primera vez en 1995 y rezuma realismo, vida cotidiana y verdad en cada una de sus páginas sin dejar de lado una prosa bellísima (en ocasiones cercana a la poesía) que no hace sino acrecentar aún más el enorme valor de esta obra. No os la perdáis. Os aseguro que os sorprenderá.