Que los mayas eran una civilización avanzada culturalmente hablando no es nada nuevo para nosotros. Ya sabíamos como con los escasos medios de que disponían fueron capaces de estudiar el cielo y calcular los movimientos de la tierra a través de ese manto estrellado. Gracias a este estudio pudieron crear un calendario muy exacto con el cual podían saber en qué parte concreta del año se encontraban y de esta manera decidir cuándo era el mejor momento para el cultivo, dependiendo de si se acercaban las épocas de lluvias o de sequía.
Hoy día sabemos mucho sobre ellos, gracias en parte a que un gran número de sus construcciones se han conservado en perfecto estado hasta nuestros días, y con ellas muchos de sus dibujos esculpidos en las paredes. Sabemos, por ejemplo, que sus ciudades estaban distribuidas de manera muy parecida a las nuestras, con grandes calles, espaciosas plazas, grandes centros de culto y hasta centros “deportivos” donde se llevaba a cabo el juego de la pelota, aunque su fin se cree no era precisamente para entretenerse.
Hoy sabemos algo más sobre esta fascinante civilización precolombina, y es que se ha descubierto en una antigua ciudad maya en territorio guatemalteco llamada Tikal, un complejo sistema de aprovechamiento de recursos hídricos que se cree fueron utilizados por las tribus comprendidas entre el 600 a.C y 800 d.C.
Gracias a tres impresionantes obras arquitectónicas denominadas Templo Depósito, Depósito Corriente y Presa del Palacio pudieron gestionar el agua caída en las épocas de lluvia para ser utilizada en los períodos de sequía.
Cuando fue fundada, la ciudad de Tikal se encontraba rodeada de manantiales que fluían en abundancia gracias a las características del terreno, compuesto por piedras calizas (porosas) que filtraba hasta los distintos acuíferos las aguas de las épocas de lluvia que alimentaban dichos manantiales durante todo el año. Pero a los mayas se les presentó un gran problema: la ciudad y el número de habitantes comenzaba a crecer considerablemente ocupando el suelo que antaño absorbía el agua con la consecuencia de que los acuíferos no se llenaban y los manantiales comenzaban a dejar de brotar.
Así que los mayas idearon una red de canalización avanzada capaz de recoger el agua de lluvia en tanques y presas para luego ser racionalizada en las épocas de sequía. Lo impresionantes no es esto, sino que para ellos su prioridad era evitar que el agua, al ir de manera descubierta por los canales, se contaminara y pudiera ocasionar enfermedades entre la población y los animales.
Para evitar esto, los mayas, conociendo las propiedades de los diferentes tipos de tierras, comenzaron a importar desde otras zonas arenas de cuarzo natural para utilizarlas como filtros de agua, haciéndola de esta manera, apta para el consumo humano y de sus animales.
Tanto es así, que en el interior del Templo Depósito (donde guardaban todo el agua recogida), se encontraba gran cantidad de filtros compuestos por sedimentos de arena, muy parecidos, salvando las distancias, a los filtros de depuración de agua instalados en las piscinas actuales.
De esta manera, hace más de mil quinientos años, los mayas lograron crear un sistema hídrico tan avanzado que los habitantes de Tikal pudieron subsistir en los meses de sequía sin el agua de los manantiales.
Todo este sistema de ingeniería fue descubierto, como muchos otros hallazgos por casualidad, cuando un grupo de antropólogos se toparon con una serie de canales que habían quedado al descubierto debido a la bajada del caudal de los ríos próximos a Tikal por la escasez de lluvias acontecidas entre 2009 y 2010 en la zona. Debido a la complejidad que comprende llegar a esta ciudad rodeada de una frondosa selva que dificulta su accesibilidad aún se cree que hay muchos secretos escondidos en sus tierras.
¿Qué os ha parecido? ¿Os sorprende que una civilización tan antigua pudiera crear un sistema de ingeniería tan avanzado y teóricamente tan bien pensado como lo han hecho los mayas?
¡Un descubrimiento impresionante!
La verdad que es apasionante!