No podemos negar que la multinacional de Cupertino dio un golpe en la mesa con la presentación del iPhone original, y que el iPad fue un producto igual de rompedor y revolucionario. Para diseñar estos dispositivos cogió inspiración de muchos rivales y retocó ideas que ya existían, pero resulta innegable que también acuñó muchos conceptos nuevos, y que tuvo que crear su experiencia de usuario casi desde cero, porque las interfaces que existían hasta el momento no eran aptas para lo que querían hacer. Por eso quiero dejar claro que Apple merece un respeto por ser la pionera en muchos campos, y no seré yo el que le quite méritos.
Pero, debido a la posición de la marca como líder de la industria tecnológica, hay cierta tendencia a pensar que sus productos son únicos y originales, y que sus competidores no paran de imitarla. Las decisiones judiciales recientes en este sentido no hacen más que reafirmar esta impresión, pero lo cierto es que Apple, aún siendo una empresa innovadora, no es ajena a las tendencias del mercado, y en muchas ocasiones se ve obligada a copiar descaradamente ideas de sus rivales que han tenido éxito y por las que la empresa en su día no había apostado.
En la keynote de esta tarde tendremos un ejemplo: con toda probabilidad se presentará un iPhone con una pantalla de cuatro pulgadas. La empresa de Tim Cook lleva cinco años empeñada en que tres pulgadas y media son el tamaño perfecto, mientras la industria y los consumidores se decantan por mayores diagonales, y finalmente Apple dará su brazo a torcer. Lo mismo pasa con el casi seguro “iPad Mini”, Samsung fue la primera en apostar por el formato, la marca de la manzana lo consideró un error y ahora tiene que retractarse ante la evidencia de que los compradores están interesados en tablets de dimensiones reducidas.
Podríamos citar otros ejemplos, como la copia de la barra de notificaciones de Android o la tardía adopción de la multitarea, que demuestran que una empresa, por mucho que se esfuerce por sorprender, siempre se verá obligada a echar un ojo a los avances de sus rivales y hacerlos propios. La polémica en este caso está servida, puesto que Apple defiende su propiedad intelectual con firmeza, pero cuando lo considera adecuado se aprovecha de los desarrollos de otros fabricantes. Quizá los chicos de Cupertino deberían aceptar que inspirarse en los demás es un proceso natural, que no debería dar pie a ningún tipo de denuncia.
¿Qué opinas del tema? ¿Estás de acuerdo en que Apple se ha fijado en Google y sus socios en determinados aspectos, o crees que sólo ha seguido el camino propio que se había marcado?