No cabe duda de que Microsoft no se lleva muy bien con los organismos reguladores de la Unión Europea, con los que ya ha tenido bastantes problemas. Aunque la mayoría de ellos proviene de hace ya tiempo, cuando el dominio de la compañía en el sector tecnológico era incontestable, y Apple o Google todavía no se habían alzado como rivales a la altura. Pero ya se sabe que este tipo de gestiones burocráticas siempre van por detrás de los eventos recientes, y la multinacional de Steve Ballmer aún deben enfrentarse a consecuencias por la “guerra sucia” que llevó a cabo hace años para hacer que su navegador Internet Explorer lograra el dominio del segmento.
En su momento a Microsoft se le exigió que diera a sus usuarios la posibilidad de escoger un navegador alternativo en el momento de empezar a utilizar el incluido por defecto. Para ello se habilitaba una ventana de elección para descargar otro software. La Comisión Europea considera que la empresa no ha cumplido con sus obligaciones, ya que unos quince millones de usuarios no visualizaron la pantalla de elección. Microsoft lo achaca a problemas técnicos, y ha colaborado para esclarecer el caso, pero eso no la exime de una multa de 561 millones de euros por no haber llevado a cabo lo establecido por la resolución.
Sin duda, se trata de una medida dura, pero una multinacional del tamaño de la de Redmond tiene recursos más que suficientes para cumplir una orden tan sencilla. Esperemos que no sean necesarias más multas de este calibre en el nuevo escenario competitivo de la industria tecnológica, y Microsoft pueda olvidarse de sus problemas con la las administraciones europeas en un momento en el que debe centrarse en promocionar Windows 8 y Windows Phone 8 si no quiere que su futuro pase por serios problemas en los próximos años.
¿Qué opinas de este tema? ¿Consideras la sanción adecuada, o la ves desproporcionada a la vista de que pudo tratarse de un problema técnico?