¿Un loco, un genio?: Salvador Dalí (surrealismo)

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Hoy os invito a conocer a un pintor peculiar, de personalidad arrolladora y de una gran creatividad, sobrepasó todas las tendencias y estéticas de su tiempo. Dalí se inventa a si mismo, va construyendo la imagen extravagante y mundana que le convierte en una personaje popular y grato a la prensa, tanto en Estados Unidos como en Europa. Traba amistad con Lorca y Buñuel. En 1939 es expulsado del grupo de los surrealistas. Comienza su relación con Gala, todavía casada que se convertirá en su compañera, modelo y musa el resto de su vida. Descifra la obra surrealista de este gran artista.

Retrato

Salvador Dalí nace en 1904 y muere en 1989. Es junto a Picasso y Miró, uno de los mas universales y controvertidos pintores españoles del siglo XX. Sus características se pueden resumir en dos líneas maestras: surrealismo y provocación.

Dalí se inicia en la pintura a los 10 años. De 1917 datan sus primeras obras, entre las que aparece La abuela Ana cosiendo, las cuales muestran una maestría insólita en quien es apenas un niño.

Cinco anos después, ya instalado en la Residencia de Estudiantes en Madrid para estudiar en la Escuela de Bellas Artes, de donde será expulsado, traba amistad con Lorca y Buñuel, todos ellos jóvenes atentos a las nuevas corrientes artísticas.

Por entonces alterna los paisajes ampurdanenses con cuadros cubistas o deudores del clasicismo mediterráneo del Picasso de la década de los 20, siempre con el rigor dibujístico y compositivo que lo caracterizan.

Los primeros cuadros de ambiente onírico y ajenos al cubismo son de 1926 y 1927, La miel es mas dulce que la sangre.

En 1929 ingresa en el grupo surrealista en París, cuando su personalidad artística está plenamente formada. En los siguientes diez años su militancia surrealista será completa. En esta época comienza su relación con Gala, todavía casada con Eluard, pero que se convertirá en su compañera, modelo y musa el resto de su vida.

La década de los 30 es especialmente intensa. Todos los temas de su obra salen a la palestra en estos años: los relojes blandos, La persistencia de la memoria, de 1931, la figuras dobles El hombre invisible, de 1929-33, los alimentos y organismos en putrefacción El espectro del sex-appeal, de 1934, la obsesión por El Angelus de Millet.

Pintura

Dalí va construyendo la imagen extravagante y mundana que le convierte en una personaje popular y grato a la prensa, tanto en Estados Unidos como en Europa. En 1939 es expulsado del grupo de los surrealistas, consagrando el distanciamiento que desde mediados de la década había sido disimulado.

Esta separación le propicia al pintor un acercamiento a la tradición pictórica, sin abandonar por ello sus temas característicos. Dalí incorpora la temática religiosa a su universo con las distintas versiones de La Madonna de Port Lligat o del Cristo de San Juan de la Cruz.

También se interesa tras la II Guerra Mundial por los descubrimientos de la física nuclear Leda atómica o la estructura del ADN. Su actividad se extiende a campos como la escenografía, el diseño de joyas o la holografía, pero sin dejar de pintar.

Los últimos años, muy activos hasta la muerte de Gala en 1982, están consagrados a su museo en Figueres. Su obra ultima se centra cada vez mas en la revisión de los grandes maestros que siempre admiró como Miguel Ángel o Velázquez.

Salvador Dalí – Jirafa Ardiendo – 1937 – Óleo – 35 x 27 cm – Surrealismo – Schaulager

Dalí

Esta pequeña tabla no se considera uno de los trabajo mas destacados de Dalí y aun así se ha convertido en uno de los cuadros mas conocidos del siglo XX debido a sus motivos sorprendentes y a su proximidad afectiva.

La jirafa, que no se inmuta lo mas mínimo por las llamas del cuello y del lomo, podría simbolizar la armonía animal con la naturaleza. Ante el azul mágico de la noche se yerguen ocupando espacio de la escena dos figuras femeninas de tamaño superior al natural, con sus cuerpo de longitud excesiva.

La mujer del primer plano, vista desde abajo, ocupa el espacio vertical del cuadro hasta el punto que el marco superior cercena su cabeza sin rostro. El otro personaje se recorta de perfil contra el cielo a modo de silueta oscura. El maniquí del primer plano, de movimientos danzantes, parece caminar sonámbulo y con ciertas dificultades de equilibrio.

Ciego y sin rostro, estira las manos hacia adelante tanteando el espacio. Su cuerpo dotado de cajones es un motivo recurrente en la obra daliniana, presente también en la copia de La venus de Milo, concebida por el artista, cuyo original se considera desde hace siglos el prototipo de belleza escultórica clásica.

¿Te atreverías a descifrar el simbolismo de las obras de Dalí?

Archivado en Acercándonos al Arte, Pintura, Surrealismo
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