Microsoft Surface Mini, necesario para aumentar las ventas, pero complicado de realizar

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Cuando la empresa de Redmond estaba desarrollando su sistema operativo de escritorio, lo que estaba de moda eran las tablets de diez pulgadas, y las decisiones de diseño se realizaron alrededor de estas dimensiones. No podían esperar que al llegar la hora de lanzar su software, los modelos de siete y ocho pulgadas ganarían buena parte de la cuota de mercado del sector, y que ellos se encontrarían en unas condiciones muy poco ventajosas para competir en ese nuevo segmento.

El diseño de Windows 8 (y su hermano Windows RT para procesadores ARM) se realizó con unos conceptos muy claros en mente. Por un lado iba a permitir la multitarea dividiendo la pantalla, lo que requería un cierto tamaño de diagonal (diez pulgadas fue el modelo tenido en cuenta). Además se usó por defecto el formato 16:9, lo que orientaba a un uso horizontal, al contrario que un competidor como el iPad. Las ideas estaban claras desde el principio, y el diseño no era erróneo, pero lo cierto es que en los meses que pasaron desde la concepción del sistema operativo a su puesta a la venta, hubo cambios en el mercado.

Imagen del tablet Microsoft Surface

Gracias a la flexibilidad de Android, muchas marcas empezaron a lanzar tablets de 9, 8 e incluso 7 pulgadas, que tuvieron una aceptación bastante elevada, sobre todo por su bajo coste. El Google Nexus 7 acabó por afianzar este nicho de mercado, e incluso Apple se vio obligada a presentar el iPad mini para no quedarse atrás. Estaba claro que los consumidores estaban interesados en dispositivos más compactos, pero… ¿va a ser capaz Microsoft de reaccionar ante las nuevas tendencias del mercado considerando el trabajo realizado anteriormente?

Recientemente nos ha sorprendido con la noticia de que los requisitos para las tablets iban a cambiar mucho: se establecía una resolución mínima de 1024 x 768, cambiando además el formato habitual de 16:9. Una aplicación Modern UI (las de nuevo estilo) ya podía funcionar con esta resolución, pero poner dos en pantalla no era posible, y eso va a seguir siendo así, con lo que perdemos una de las características más interesantes del sistema. Además, estas dimensiones parecen pensadas para un uso en vertical, y hasta ahora los desarrolladores se han centrado en optimizar sus diseños para el modo apaisado. Así que creo que pasarse a las siete u ocho pulgadas, como da la impresión de que apunta la empresa de Steve Ballmer, no va a resultar un proceso sencillo.

Logotipo de Windows 8 de Microsoft

No cabía duda de que resultaría complicado que un sistema operativo pudiera adaptarse con éxito a dispositivos desde siete pulgadas hasta a otros de 27. No sabemos si estos nuevos modelos más pequeños llegarán ya con la actualización que va a suponer Windows Blue, pero lo que parece claro es que Microsoft está dispuesta a atacar en todos los frentes y no dejar ningún segmento sin un competidor propio. Esperemos que los nuevos dispositivos sean capaces de mantener la esencia de Windows 8 a pesar de su menor tamaño, y que no haya que sacrificar demasiadas características.

¿Qué opinas tú? ¿Crees que los chicos de Redmond intentan abarcar demasiados nichos de mercado, o consideras que están preparados para competir en cualquier circunstancia?

Archivado en Microsoft, Microsoft Surface, Windows 8, Windows RT
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