Hace muy poco tiempo que la compañía de Santa Clara acaba de lanzar los primeros procesadores de la familia Haswell, de hecho en muchas tiendas hay grandes “ofertas” de portátiles ante la renovación que supondrá la inminente llegada de PC con los nuevos chips. Este salto de generación ha sido realizado con la autonomía de los dispositivos en mente, pues cada vez los portátiles, Ultrabooks y otros aparatos híbridos cobran más importancia. Y para dentro de un año nos espera los Broadwell, que mejorarán la eficiencia energética aún más al estar fabricados sus transistores a un tamaño más reducido, de sólo 14 nanómetros.
Pero esto no es una gran novedad, en este caso la noticia son las datos surgidos respecto a Skylake, el salto siguiente que se daría a finales de 2015. En este caso no reduciría su tamaño de manufacturación, sino que mejoraría la arquitectura. Y permitiría usar memoria DDR4 de doble canal, SATA Express (sucesor del actual estándar, y que ofrecerá entre 10 y 16 Gbps, una mejora apreciable) y PCI Express 4.0, algo que puede ser importante para los más jugones, pero la mayoría de nosotros usaremos la gráfica integrada, de la que aún no se sabe nada. A pesar de que Intel avanza hacia poder montar todos los componentes juntos, Skylake no será aún un SoC (“sistema en un chip”), por lo que habrá un chipset en la placa.
La verdad es que estos datos resultan muy interesantes, pero a los entusiastas de los avances técnicos nos saben a poco. No sabemos nada de aumentos de velocidad de reloj, números de núcleos o cambios en la arquitectura. Ni siquiera cuáles son los aumentos de rendimientos generales y gráficos a los que aspiran, aunque por otro lado debemos tener en cuenta que quedan, como mínimo, dos años para el lanzamiento de esta nueva generación, así que nos mantendremos atentos a nuevos detalles para saber qué esperar de Intel en en futuro a medio plazo.
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