Está bastante claro que, de aquí a unos meses, los relojes inteligentes van a resultar muy populares. Sobre todo si Apple lanza el famoso iWatch, algo que no está nada claro que vaya a pasar en breve. Pero eso no quiere decir que no existan ya modelos en el mercado, como el Pebble o el Sony SmartWatch. Podría parecer que se trata de una tendencia imparable, y que va a ser el próximo campo en el que se van a centrar los fabricantes, pero yo veo serios impedimentos para que este gadget triunfe, que paso a explicar en la lista a continuación:
– Pantalla excesivamente pequeña: si algo ha demostrado el mercado es que los consumidores quieren diagonales cada vez más disparatadas en el campo de los smartphones, y una de las principales desventajas de un aparato que tenga que caber en una muñeca es que se quedará escaso de pantalla.
– No puede sustituir a un smartphone: excepto si usamos uno de estos aparatos para monitorizar nuestra actividad física, la verdad es que no tienen una utilidad muy definida. No habrá nada que no puedas hacer en tu teléfono móvil, ni tampoco conseguirás prescindir de él.
– Dificultad para introducir texto: un teclado en pantalla resulta impensable, y un sistema del estilo de Siri se volvería de lo más útil… pero el reconocimiento de voz no siempre funciona, y en esos casos nos quedamos sin alternativa.
– Batería: la batería que se puede introducir dentro de uno de estos gadgets no resulta muy grande, por lo que la autonomía puede representar un problema. No con un uso normal, pero si se transforma en un aparato potente y con muchas utilidades, este tema se volvería crítico.
– Estética dudosa: a no ser que empiecen a salir muchos dispositivos distintos de varias marcas y tengamos donde elegir, no cabe duda de que su valor como accesorio de moda va a resultar bajo, lo que puede provocar el rechazo de muchos usuarios.
– Precio excesivo para su utilidad: a día de hoy, básicamente su uso real es recibir discretamente notificaciones si tenemos un phablet, por lo que pagar un precio que no baja de los cien euros me parece exagerado para esa función.
– Incomodidad: la verdad, los modelos que hemos ido viendo son bastante aparatosos, y mejorar sus funcionalidades seguramente pasará por hacerlos crecer aún más. Un verdadero problema para un gadget que tiene que ir con nosotros a todas parte enganchado en nuestro cuerpo.
Estas son las razones por las que no le veo mucho futuro al smartwatch. Al igual que Google Glass, considero que habrá un pequeño nicho de usuarios que los usarán, pero creo más que dudoso que alcancen el éxito, excepto si que la marca de la manzana mordida es capaz de hacer que el iWatch revolucione por completo la idea que tenemos de estos aparatos, algo que me parece francamente muy difícil. A día de hoy, no apuesto por el dominio de los relojes inteligentes en el futuro.