Hace años, pensar en un terminal resistente al agua era referirse a un modelo todoterreno, también probado ante golpes, con un tamaño enorme y claramente enfocado a los deportes de aventura o a los usos militares. Pero el iPhone revolucionó el sector de los smartphones y sus competidores del ecosistema Android empezaron a ofrecer todo tipo de opciones en una guerra entre las marcas por destacar. De esta manera surgieron alternativas como los Motorola Defy, el Sony-Ericsson Xperia Active o los Samsung Galaxy XCover. Se trataba de terminales de nicho, pero eso ahora ha cambiado.
Y es que parece que los fabricantes se quedan con la resistencia al agua y dejan de lado la posibilidad de aguantar golpes, ya que implicaría limitar los diseños estilizados y las enormes pantallas de cristal. Concretamente la que ha traído esta capacidad a la gama alta ha sido Sony, con su modelo Sony Xperia Z, que ha hecho de la resistencia al líquido un valor clave frente a su rival Samsung Galaxy S4, hasta el punto de que la firma coreana ha contraatacado con el Samsung Galaxy S4 Active, también capaz de soportar el agua, pero de gama bastante más baja. Es más, el próximo Sony Xperia Z Ultra también hará gala de esta preciada característica.
Desde mi punto de vista, creo que la marca japonesa ha acertado al ofrecer esta prestación, que no sólo salvará a más de uno de que su aparato se eche a perder en un charco profundo o una piscina, sino que debería evitar que en los servicios técnicos se escuden bajo la habitual excusa de que el terminal está “húmedo”. Y creo que tanto los modelos de marcas con Windows Phone como el iPhone deberían tomar ejemplo de esta novedad surgida en el ecosistema Android y que, por una vez, sí resulta muy práctica. Eso sí, me parece complicado que la marca de la manzana vaya a hacer renuncias estéticas con el fin de implementar esta beneficiosa característica.
Ya sabemos que, en la plataforma del robot verde, los fabricantes no dudan en añadir cualquier nueva funcionalidad que surja (aunque no resulte demasiado útil), por lo que estoy seguro que serán muchos los que sigan los pasos de Sony en los próximos meses. Francamente, me parece que será una decisión sabia, aunque creo que no debería haberse perdido en el camino la resistencia a los golpes, y nunca debieron fabricarse modelos con cristal por ambas caras, tan delicados como una pequeña joya. En cualquier caso, mi conclusión es muy clara: apoyo firmemente los smartphones resistentes al agua.
¿Qué opinas de este tema? ¿Ves esta característica tan importante como yo, o la consideras secundaria?
La resistencia en general, y sobre todo la resistencia al agua, es algo que considero más necesario cada día. Durante mucho tiempo disfruté de la tranquilidad que me dio el Motorola defy, a la hora de tocarlo con la manos húmedas o sucias, de llevármelo a correr, o con la bici o sacarlo sin ningún miedo en la piscina o la playa… el smartphone se ha convertido en algo imprescindible en nuestro día a día, y debe ser capaz de aguantar nuestro ritmo de vida… la verdad es que es algo que hecho mucho de menos en mi galaxy s3.
Y teniendo en cuenta la cantidad de tecnología inalámbrica que tenemos hoy día (música por Bluetooth, carga inalámbrica, transferencia de datos por wifi…) me sorprende que sigamos con las tapitas para proteger los conectores. yo sinceramente los limitaría a uno, y que sólo fuera para utilizar en casos muy puntuales.
Quitar conectores hace que mejore el diseño, y se mejora la resistencia a los líquidos notablemente.
Espero que aparezcan más terminales con esa característica, algo que agradeceré!