Para millones de personas en el mundo, de todas las edades y condiciones, el entretenimiento interactivo representa una de sus alternativas favoritas para el tiempo libre. Y es que los videojuegos tienen algo que engancha y que hacen que sintamos ganas de echar una partida cuando tenemos un rato de ocio. Algunos, sin embargo, hacen de esta afición casi una obsesión. Entre la realidad más descarnada y la parodia humorística, hemos realizado un lista de siete evidencias de que puedes estar dedicando demasiado tiempo y esfuerzos a lo que debería tratarse de una simple distracción. A continuación, el listado que hemos elaborado:
– Llega el sábado noche y ni te planteas ir a cenar, al cine o a tomar una copa: tu opción siempre es quedarte en casa aporreando botones.
– Tienes una pila enorme de títulos por pasarte y probablemente una biblioteca de Steam rebosando de ofertas que compraste y nunca probaste. O lo que es aún peor: juegas a un único título de forma maníaca, estilo World of Warcraft o Diablo 3.
– Compras ediciones de coleccionista de tus títulos favoritos, que atesoras con devoción, y posees innumerables accesorios: ratones, teclados, alfombrillas, reposabrazos… o caros headsets y mandos especiales si juegas en consola.
– Si eres estudiante, tus notas se han resentido por el tiempo que dedicas a tu afición. Y, si trabajas, no se trata de la primera vez que acudes a tu puesto muerto de sueño porque la noche anterior la partida se alargó más allá de lo debido.
– Como consolero, tienes una plataforma preferida, pero ya ha ocurrido que compras una consola a la que no sacas partido, por alguna exclusiva interesante o simple curiosidad. Como jugador de PC, has perdido la cuenta de cuánto has invertido en actualizaciones de los componentes de tu equipo.
– Tus gustos y fobias empiezan a parecerse a los propios de un aficionado de fútbol: defiendes a muerte a las compañías que te caen en gracia, y criticas con fiereza a las que no… aunque te das cuenta de que muchas veces exageras hablando del tema.
– Podrías hacer un museo (o tal vez ya lo tengas) con todos los juegos, consolas o componentes de PC que han pasado a lo largo de los años por tu casa. Lo peor es que les tienes cariño, y no te gusta deshacerte de muchos de ellos.
Hasta aquí llega nuestra lista, esperamos que te haya hecho esbozar una sonrisa de complicidad al leer alguno de los puntos, y que no te hayas visto retratado detalladamente en cada uno de los siete indicios. Y es que los videojuegos representan una diversión, un entretenimiento, pero no debemos permitir que se conviertan en obsesión y nos impidan disfrutar de otras formas de ocio y de una vida social sana. ¡Tenlo en cuenta la próxima vez que vayas a echar una partida!
El verdadero signo de que jugar es un problema para ti y no disfrutas de los videojuegos como un entretenimiento y ya está es cuando te niegas a ti mismo que estás obsesionado.