Siete indicios de que dependes demasiado de tu smartphone

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¿No sabes vivir sin tener cerca de ti el teléfono móvil, que continuamente suena y te manda notificaciones de todas las aplicaciones que uno se pueda imaginar? ¿Tal vez tu relación con este dispositivo no resulte todo lo sana que debería? Pues entonces echa una ojeada a este listado de ejemplos que, medio en broma y medio en serio, te retratarán como un adicto a los smartphones. Seguro que, aunque no abuses de tu terminal, te sentirás identificado en alguna ocasión por estas situaciones.

un iPhone mostrando la aplicación de Instagram Ya tengas un iPhone 5, un Google Nexus 4 o un Nokia Lumia, seguro que tu dispositivo te resulta de mucha utilidad, y que a veces piensas en cómo podías vivir antes de que existiesen los teléfonos inteligentes. Pero hay personas que, más que utilizar estos aparatos con racionalidad, parece que viven para su móvil. Para que puedas medir tu grado de obsesión, hemos realizado un lista de síntomas, con sentido del humor pero también bastante realista, que delatarán si te has vuelto adicto a tu terminal. Fíjate en cada uno de estos indicios, y si ves que se te aplican, empieza a preocuparte por el tema:

– Tu mayor inquietud cuando sales de casa no es olvidarte el móvil (eso jamás ocurriría), sino que se te acabe la batería. Incluso tiene unidades de recambio o accesorios adicionales que alargan la autonomía del aparato.

– Resulta imposible hablar contigo más de diez minutos sin que le eches una ojeada al móvil, o bien el tema de conversación “casualmente” deriva a que muestres una foto o página web en él, o lo miras porque te ha llegado una notificación.

– Tu velocidad a la hora de escribir en el aparato no tiene parangón. Tal vez te has comprado uno de los escasos modelos que aún ofrecen teclado, o has desarrollado una sorprendente capacidad para escribir diez tweets por minuto.

– Si hay que organizar algún tipo de fiesta, salida, o evento social, puedes tener una conversación de cientos de líneas por WhatsApp para organizarlo. Eso sí, a quien no tenga la popular aplicación de mensajería ni se te pasa por la cabeza avisarlo.

– Ni apagas el móvil por la noche ni lo pones en silencio. Lo colocas en tu mesilla o, aún peor, debajo de la almohada. Y si te despierta una notificación, le echas un vistazo antes de volver a dormir.

– Si no fuera por la dificultad al teclear, podrías usar tu móvil para casi todo lo que haces en el ordenador. Tienes instaladas decenas de aplicaciones que cumplen prácticamente todas las funciones imaginables, y nunca dejas de probar las últimas novedades que van surgiendo.

– Ya no usas cámara de fotos excepto en ocasiones especiales, pero tu smartphone retrata cada momento de tu vida, desde lo que comes hasta tus pies en la arena de la playa, y estas imágenes apenas tardan segundos en llegar a todos tus conocidos vía redes sociales.

Hasta aquí llega nuestras lista de indicios de que tu relación con tu teléfono móvil no resulta muy sana. Si te ves retratado en muchos de ellos, lo mejor es que pienses en hacer un uso más razonable de tu terminal, porque estás abusando. Pero seguro que todos nos hemos sentido identificados en mayor o menor medida con alguno de estos puntos, porque en nuestra sociedad actual los smartphones se han vuelto una comodidad casi imprescindible. ¡En nuestras manos está emplearlos con responsabilidad!

Archivado en Adicción, Smartphones
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