Recientemente se ha presentado el Samsung Galaxy Round, un terminal con una pantalla curva que se levanta ligeramente en los bordes laterales. También se han filtrado imágenes del LG G Flex, que se decanta por elevar las zonas inferior y superior, pero del que todavía no se conoce una fecha de comercialización. Hemos hablado de las ventajas y desventajas de esta innovación, que apenas está dando sus primeros pasos, pero parece que resulta un poco pronto para sacar conclusiones. Ya que, aunque lo normal es poner a la venta un producto cuando se está convencido de su éxito, Samsung ha optado por otro camino.
Su nuevo smartphone representa un experimento en realidad. De hecho, al hacerse público levantó mucha expectación, pero la marca apenas se esforzó en potenciarla. El motivo es que este modelo no va a salir de su país de origen, Corea del Sur, y tampoco allí van a producirse muchas unidades. Considerando que el precio, al cambio, asciende a unos 1.000 dólares, dudo que el producto tuviera mucha salida. En realidad, el objetivo del aparato se trata de hacer pruebas con la tecnología y recoger las opiniones de los consumidores, entendemos que como paso previo al diseño de otros teléfonos más ambiciosos.
No estamos ante la primera vez que la marca coreana lanza en su país un terminal con este espíritu “experimental”, aunque nunca antes uno de estos dispositivos ha generado la expectación internacional que está causando el Samsung Galaxy Round. Se ignora si su tecnología se aplicará al próximo Samsung Galaxy S5, pero lo que queda claro es que la marca no pierde la oportunidad de avanzar en todos los campos para mantener su dominio en el ecosistema Android y continuar presentando batalla a Apple. En cualquier caso, esperemos que las pantallas curvas lleguen lo antes posible al público general.
¿Qué opinas del tema? ¿Te parece normal lanzar un producto para hacer pruebas comerciales, o crees que sólo tendría que ver la luz cuando esté listo para el mercado de masas?
