La semana pasada nos enterábamos de la cuantiosa oferta que realizó la compañía de Zuckenberg por Snapchat. La propuesta de compra fue cifrada en 3.000 millones de dólares, que fueron rechazados para sorpresa de todos. La negativa a una más que suculenta oferta nos hace pensar que pretenden hacer crecer la compañía. Pero aún es demasiado pronto para poder decir si Snapchat se hará sitio en Silicon Valley junto a Facebook, LinkedIn o Twitter. Lo que sí sabemos es que, sin duda, posee un servicio único y está plantando cara a la competencia.
La compañía lleva dos años funcionando, desde que la crearan un grupo de estudiantes de Stanford. Esencialmente, Snapchat ofrece un servicio para compartir fotos y vídeos desde nuestros dispositivos móviles, tanto Android como iOS. Hasta ahí nada nuevo respecto a las más que conocidas apps como Whatsapp o Hangouts. Pero, es que Snapchat da un servicio que no ofrece ninguna otra aplicación: todo lo que es compartido con Snapchat desaparece después de ser visto por los destinatarios.
La duración de los vídeos o imágenes es de entre 1 y 10 segundos. Este intervalo lo elige el usuario antes de enviar el archivo; una vez pasado el tiempo, la imagen o vídeo no volverá a ser nunca más visible. Un par de aspectos más destacables son: la posibilidad de editar las imágenes (incluso añadir un pequeño texto) y compartir los archivos en “Historias Snapchat” (este modo se caracteriza por dejar ver tus vídeos o imágenes ilimitadas veces a tus contactos durante 24 horas).
Al igual que en Instagram, permite crear perfiles de acceso público, pero no son muy populares hasta ahora, ya que los usuarios sólo buscan compartir la actividad entre amigos.
Los principios de Snapchat fueron pensados como aplicación para el sexting, pero poco a poco los usuarios empezaron a usarlo para compartir momentos absurdos, bromas y parodias al estilo de otras aplicaciones como Vine.
Los usuarios potenciales son adolescentes atraídos por el borrado automático de las imágenes sin dejar ningún rastro, ni dando opción a que terceros compartan la imagen. Aunque se avisa desde la web de los desarrolladores que es posible que el destinatario, si es suficientemente rápido, pueda capturar la imagen.
