Muchos lo sospechamos desde hace tiempo, pero parece que hoy surge una nueva prueba de que las recogidas de firmas del tipo que promueven páginas como Change.org no sirven para nada. Ya lo comprobamos en el caso de Xbox One y ciertos usuarios que deseaban que volviera su DRM. Pero esto no se aplica sólo al mundo de los videojuegos, todos los días se inician peticiones online con algún objetivo social o político que acaban en fracaso. Puede que a nuestros representantes les deban afectar las opiniones del pueblo, pero una empresa privada sólo tiene que hacer caso a sus clientes en lo que considere razonable.
Esto es lo que opina Reggie Fils-Aime, un mítico ejecutivo de Nintendo, en declaraciones a Siliconera. Asegura que están pendientes de los deseos de sus aficionados y de las campañas que organizan, pero que eso no necesariamente afecta a sus decisiones. Habla de la petición para lanzar Xenoblade en Estados Unidos, y comenta que mientas se desarrollaba estaban considerando hacerlo, pero que tenían que considerar los gastos y potenciales beneficios, por mucho que hubiera interés:
Me pagan para asegurarme de que llevamos el negocio hacia delante; así que sé lo que está pasando, pero al final tenemos que hacer lo que es mejor para la compañía. Lo que sabemos es que 100.000 firmas no significan 100.000 ventas.
Al final lanzaron el juego, y se ha convertido en un objeto de coleccionista, pero la decisión pudo resultar otra. Lo cierto es que los fans a veces sí que tiene poder, como cuando consiguieron que Microsoft devolviera la segunda mano a su última consola, pero una gran multinacional no puede hacer caso siempre a los usuarios. En esta era de Internet se ha vuelto muy fácil pedir cosas, pero un tema distinto es que las personas que exigen a una empresa luego vayan a comprar sus productos.
¿Qué opinas de esto? ¿Crees que el consumidor siempre tiene la razón, o que a veces no sabe ni lo que quiere?
