Hace unos meses ya supimos que las inversiones en bolsa del cofundador de Microsoft estaban saliendo bien, y volvió a encabezar la lista de las personas más ricas del mundo, adelantando al mexicano Carlos Slim. Gates, que se encuentra retirado oficialmente, dedica su tiempo y mucho de su dinero a la filantropía, y sigue como presidente de su antigua empresa, aunque parece que hay quien piensa que su influencia resulta excesiva y desea que se marche. Ahora mismo, su principal objetivo se trata de encontrar un nuevo CEO para la multinacional creadora de Windows, algo que puede que esté retrasando en lugar de acelerando.
Pues bien, durante el 2013 la posición económica de Gates se fortaleció: ganó 15.800 millones de dólares, hasta alcanzar un total de 73.800 millones de dólares. El aumento de la cotización de las acciones de Microsoft le ayudó, pero estas sólo representan una cuarta parte de su fortuna a día de hoy. Así que realmente se trata del conjunto de sus activos financieros el que se ha comportado bien. Además, el mítico ejecutivo ha llegado a donar 28.000 millones de dólares a su fundación, una cifra extremadamente generosa, que de seguir en su poder le ayudarían a destacar aún más en el listado, elaborado por Bloomberg.
Por la parte española, nos encontramos con Amancio Ortega como el tercer hombre más rico del mundo y el primero de Europa, gracias a su patrimonio de 66.400 millones de dólares. El grupo de moda Inditex (dueño de cadenas famosas como Zara) ha ofrecido buenos resultados, lo que le permite mantener su posición. Aunque personas como Bill Gates demuestran su buena voluntad con grandes aportaciones al desarrollo, ver la cantidad de dinero que ciertos afortunados poseen me resulta preocupante, y creo que debería plantear un debate sobre los sistemas de reparto de la riqueza actuales.
¿Qué opinas del tema? ¿Te parece normal que un empresario de éxito se vuelva extremadamente rico, o crees que estos niveles resultan inmorales?
