No se puede realizar una revolución con carácter anual. Es lo que pienso cada vez que la marca de la manzana presenta un nuevo iPhone, iPad o versión de iOS y los fans y los analistas se decepcionan. Pero los resultados económicos acompañan y la firma sigue ofreciendo ventajas intangibles a sus clientes que le permiten trabajar con márgenes de beneficios amplios. Aparte de tratarse de una marca que ofrece distinción a sus usuarios y cuida el diseño, puede presumir de que ha lanzado productos tan históricos como el iPhone y el iPad, que han revolucionado la industria.
El problema es que desde entonces ha pasado bastante tiempo. Aunque la empresa siga siendo muy rentable, hay cierta impaciencia por ver qué nos va a presentar en el futuro próximo. Se ha hablado del iWatch, de la iTV, incluso de ciertas negociaciones en el sector del automóvil… Sin embargo, nada de esto se materializa, y los fans de Apple (muy importantes para la multinacional) esperan impacientes la siguiente revolución. Personalmente, opino que la marca la necesita para afianzarse más en el liderato. Google aprieta fuerte con Android, y Microsoft saca adelante Windows Phone. No es que estas firmas lancen propuestas muy rompedoras, pero a los chicos de Cupertino siempre se les exige estar por delante, algo que tampoco resulta descabellado considerando los precios con los que trabajan.
Por otro lado, Tim Cook ha sucedido al frente de su compañía a una leyenda. Desde entonces ha resultado un gestor muy eficiente, pero no ha destacado por su carisma ni por su iniciativa. No es que se pueda decir que su puesto se encuentre en riesgo ahora mismo, pero le vendría muy bien apuntarse un éxito innovando. Cook debe demostrar que no pretende vivir indefinidamente de la herencia de Steve Jobs, y que es capaz de dirigir a su empresa hacia nuevos caminos.
El directivo ha declarado que Apple está trabajando en “cosas geniales” para este 2014. Esto no representa una garantía de que estemos ante nuevas líneas de producto, pero sí de que la multinacional se da cuenta de que debe abandonar su actual inmovilismo y arriesgarse con nuevos conceptos. Se trata de algo complicado, porque a la marca siempre se le exige lo máximo, aunque también es cierto que hay muchos consumidores dispuestos a hacerse con sus productos sólo por el logo que llevan en ellos. Nos mantendremos atentos a las próximas keynotes de la marca de la manzana para ver si consigue sorprendernos durante este año.
¿Qué opinas del tema? ¿Necesitan Apple y Tim Cook un nuevo producto, o pueden continuar con la estrategia actual?