Miles Scott era un niño desafortunado, que desde muy pequeño padecía una leucemia, de la que ya está recuperado. La organización Make-A-Wish intenta cumplir los deseos de pequeños como él, que sufren enfermedades graves. Y Miles deseaba más que nada transformarse en Batkid, el compañero de Batman. Así que el 15 de noviembre del 2013 se organizó un evento en el que acompañó a su héroe en la lucha contra varios villanos por las calles de San Francisco, con paseo en Batmóvil incluido. Este bonito gesto, que contó con una gran participación de público, alcanzó una gran repercusión en las redes sociales.
Quizá por ello se decidió incluir una actuación de Miles en la gala de los Oscars 2014, en la que Andrew Garfield lo anunciaba como el “próximo gran súper héroe”. Sin embargo, la grabación del fragmento no resultó como los responsables esperaban, y su emisión en la ceremonia se canceló. La excusa oficial ha sido muy vaga, ya que se ha atribuido este injusticia a la “naturaleza voluble de la televisión en vivo”, pero la decepción la considero bastante grande. Al menos el pequeño no se sintió especialmente triste, y fue compensado con un viaje a Disneylandia, que su madre asegura que disfrutó.
Andrew Garfield (el último Spiderman) y su novia Emma Stone no acudieron a la gala, seguramente molestos por la decisión. A los padres de Miles no se les han dado mayores explicaciones, a pesar de que se tuvieron que trasladar para que su hijo grabara la actuación. Sin duda, un nuevo ejemplo de que la industria de Hollywood resulta despiadada. Aparte de este feo detalle, lo cierto es que el niño ya ha terminado su tratamiento para la leucemia y todo parece ir bien, algo mucho más importante que aparecer durante cinco minutos en la televisión.
¿Qué opinas del tema? ¿El espectáculo es lo único que importa en una ceremonia como la de los Oscars, o crees que esta forma de actuar resulta vergonzosa?
Imagen |Shelly Prevost