Dentro de las cárceles se pueden dar todo tipo de situaciones difíciles, pero la menos habitual es que se encuentren vacías de presos. En Estados Unidos existen cinco reclusos por cada vigilante encargado, aunque seguramente habría que explicar las causas de tanta población privada de libertad. Sin embargo, en los Países Bajos las cosas funcionan de manera distinta. Lo cierto es que la criminalidad ha bajado mucho en la zona, aunque los ciudadanos opinan que no se castiga con suficiente dureza los incidentes violentos. Pero, seguramente, eso se pensará en todos los países, independientemente de la realidad.
El caso es que, en 2008, los Países Bajos tenían 15.000 prisioneros en una país de 17 millones de habitantes. Ahora, en la cárceles quedan 9.710, vigilados por 9.914 responsables. Es decir, hay más carceleros que presos, y eso que 650 reclusos son belgas, y se encuentran en el país como parte de un acuerdo temporal. El ministro de Justicia está valorando cerrar edificios y eliminar 3.500 puestos de trabajo, al tiempo que estudia los motivos de esta situación. Sin embargo, los sindicatos del sector no creen que sobre personal, sino que es necesario para controlar la situación, que consideran de “explosiva” en las prisiones. Las autoridades no opinan lo mismo, y aprecian una bajada de la violencia entre rejas.
Parece que una de las medidas para evitar que las cárceles se vacíen será dejar de conceder la libertad provisional a los que hayan cumplido dos terceras partes de la condena. Una medida un tanto polémica, porque se pretende aplicar únicamente para que no salga en libertad un convicto concreto que en el año 2002 mató a un político. En cualquier caso, resulta sorprendente que los Países Bajos cuenten con más guardias que reclusos, lo que demuestra que han hecho un buen trabajo en prevenir el crimen con educación y derechos sociales suficientes.
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