Normalmente dejamos los temas de economía a nuestros compañeros de Capitalibre, pero en ocasiones nos encontramos con noticias que llaman sobremanera la atención. Por ejemplo, el drama de los derechos laborales en los países asiáticos o el compromiso ambiental de la grandes empresas. Ahora mismo se está librando una guerra de clases, en la que los millonarios atacan con impunidad a las clases medias para enriquecerse más, y hoy tenemos un ejemplo muy claro de cómo se desarrolla esto en los Estados Unidos… por que en España ya conocemos de sobra cuáles son los objetivos de la política económica.
Bloomberg ha realizado una análisis de los sueldos de las 500 principales empresas del país americano, y ha comprobado que los CEOs cobran de media 11,7 millones de dólares anuales. Un trabajador raso gana unos 35.200 dólares anuales. Es decir, que la diferencia fue de 331 veces en el 2013. En el 2003 era de 301:1, en el 1993 de 195:1 y en el 1983 de 46:1. La tendencia es muy clara, y no parece que se vaya a detener. Los salarios de los empleados crecen al nivel de la inflación, y los de los directivos se disparan. Un CEO de una empresa gana actualmente 774 veces el salario mínimo del país.
El regulador estadounidense pretende que la diferencia entre el sueldo más alto y el más bajo de una empresa en bolsa sea público, pero algunos temen que eso no sirva de nada. Quizá la opinión pública pudiera ejercer alguna presión, pero a los accionistas no les suele importar el bienestar de la mano de obra. Y se correría el riesgo de que los CEOs que se quedaran atrás recibieran aumentos. Desde luego, la desigualdad entre clases representa un tema en el que los ciudadanos deben luchar con agresividad, tanto en Estados Unidos como en otros países.
¿Qué opinas del tema? ¿Se trata de una situación lamentable, o la lógica del sistema capitalista?
La desigualdad ha existido siempre y va a seguir existiendo. Nadie puede negar el derecho al trabajo y las mejores condiciones posibles, tanto en salario como en seguridad laboral, ambiente, etc. Eso no significa que el empresario no se preocupe por sus trabajadores (en los hechos es el empresario el que mas trabaja) que es quien da trabajo y el único que arriesga su dinero. Los sindicatos obtendrían mas resultados si no confundieran su finalidad que es defender a los trabajadores; cuando quieren influir en la dirección de la empresa o incursionan en temas políticos que nada tienen que ver con su trabajo, lo que están haciendo es agrandar las diferencias sociales incentivando una lucha de clases que ya fracasó en otras épocas y que el único resultado ha sido el odio, la intolerancia y en algunos casos la violencia.