Muchas veces os habréis quedado mirando la batería de vuestro teléfono, observando que estaba a menos del 15% de apagarse. Todo ello siempre conlleva una gran desesperación.
Sin embargo, con tubos quirúrgicos y Blandi Blub (en Estados Unidos es Silly Putty) se puede conseguir que las baterías de iones de litio duren tres veces más entre cargas.
Un equipo de investigadores de Facultad de Ingeniería de la Universidad de California Riverside estaba en pleno desarrollo de nanotubos de dióxido de silicio que se convertían en ánodos, los electrones negativos de la pila, cuando descubrieron que tenía mucha más capacidad para almacenar energía que las mismas hechas de carbono.
Este proyecto se llevó a cabo gracias a materiales médicos, e industriales y además, el mismo componente del que esta hecho el Blandi Blub, una masilla de juguete infantil muy famosa por su elasticidad. Así se declara en un artículo escrito en el Nature Science Reports.
Este hallazgo es muy importante para el mundo de la electrónica y el automovilístico, porque este material es muy estable en las pilas, lo que puede prolongar su vida útil. Los científicos se centraron en los nanotubos de dióxido de silicio por ser una sustancia abundante en el medio tanto natural como en muchos productos de la vida diaria, además de reducir su toxicidad a cero.
Aunque ya había sido probada como ánodo, no había dado estos resultados, puesto que se ve limitada su sintetización en nanoestructuras uniformes con mucha energía y largo ciclo de vida.
Está confirmado su gran almacenaje de energía, pues fue corroborado en más de 100 ciclos sin cambiar ninguna de sus características energéticas, lo que podría dar lugar a cientos de ciclos más.
Ahora están llevando a cabo la segunda parte del descubrimiento: el desarrollo de métodos para la fabricación de nanotubos de dióxido de silicio, que podría determinar que su comercialización sea viable.
