Hace tiempo mostramos algunas opiniones enfrentadas de partidarios de la evolución y del creacionismo y, aunque el debate siempre resulta enriquecedor, no se debe pasar por alto que la primera alternativa cuenta con el respaldo de la ciencia, y la segunda se trata de una creencia, sustentada principalmente por la religión. Mientas que en Missouri, en los Estados Unidos, se plantean avisar a los padres cuando se enseñe el mecanismo que ha dado lugar al ser humano, a este lado del Atlántico parece que se impone el sentido común. No es que el creacionismo haya tenido nunca mucho arraigo en Europa, pero el Reino Unido no quiere darle ni una oportunidad.
Según leemos en UPI.com, a partir de ahora las escuelas británicas que reciban fondos públicos no pueden enseñar el creacionismo como una teoría científica. Y es que se considera que no se trata de algo que sobre lo que haya consenso científico, ni que utilice el método científico en sus razonamientos. Por lo tanto, en los programas escolares sólo habrá lugar para la teoría de la evolución. Es más, en la regulación utilizada se pone al creacionismo al nivel de una “pseudociencia”, una categoría que no se suele utilizar en este caso, pero que creo que es bastante adecuada.
Por otro lado, el creacionismo tienen un espacio en la escuela pública durante las clases de religión, en el contexto de la discusión respecto a las creencias sobre el origen del mundo, siempre que no se plantee como una alternativa a las teorías científicas. No podemos sino alegrarnos de que las autoridades británicas hayan tomado esta decisión que aleja de las clases de ciencias las ideas que no tienen nada que ver con los hechos demostrados, sino con las creencias religiosas. Por suerte, en España parece que la escuela está a salvo, por ahora, de esta amenaza al sentido común.
¿Qué opinas del tema? ¿Apoyas las decisión, o crees que se trata de una manera de empobrecer la educación de los jóvenes?
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