Ya hemos comentado que las personas inteligentes beben más alcohol, pero en Irán nadie prueba una gota. Según las estadísticas del propio gobierno, en el país no se bebe ni una cerveza, y si a alguien se le ocurre caer en la tentación, la pena a la que se enfrentará son 80 latigazos. Pero si miramos los datos de la Organización Mundial de la Salud, descubriremos que el país ocupa el puesto 166 del mundo en consumo de alcohol. ¿Nada fuera de lo esperado, no? El detalle está en que, en lo que respecta a personas que beben más de 35 litros al año, está de número 19.
Es decir, Irán se encuentra muy por delante de potencias alcohólicas como Rusia (en el puesto 30) o Alemania (en el 83). Y leemos en The Daily Beats que esto representa ya un grave problema. Muchos jóvenes abusan de la bebida, y acaban por transformarse en alcohólicos. Las posibilidades de recuperación son limitadas, dado que no existen centros adecuados de desintoxicación, sólo criminalización y rechazo social. Por si esto no fuera bastante, dejar de golpe la bebida implica riesgos que pueden acabar con la vida del adicto si no es supervisado por un profesional. Existe algún centro de alcohólicos anónimos, pero sin recursos.
Y, de hecho, sin apenas recursos va a abrir la primera clínica especializada del país. Tal vez no pueda hacer mucho sin contar con personal debidamente preparado, pero quizá se trate de un primer paso del gobierno para eliminar la carga ideológica alrededor del problema del alcohol y empezar a poner medios. O al menos no aplicar castigos físicos a las personas que necesitan de ayuda. Mientras, en otras partes del mundo se sigue avanzando en cómo emborracharse de la forma más eficiente posible, con inventos tan sorprendentes como el alcohol en polvo. Desde luego, las diferencias entre países son más que sorprendentes.
¿Qué opinas? ¿Se debe prohibir el consumo de alcohol para evitar sus problemas asociados, o eso no soluciona nada en realidad?
Imagen | Jim Sher