¿Por qué bostezamos los seres vivos?

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Bebé bostezando

El bostezar, como el dormir, representa una constante en el reino animal, lo hacemos las personas y los gatos, los leones y las serpientes, los ratones y los pájaros… Hemos hablado de cosas tan curiosas como que las elefantas se medican para provocarse el parto, por lo que no estaría mal echar una ojeada a un tema más humilde, como es el bostezo. ¿Cuál es la razón de este gesto cotidiano? Desde TodayIFoundOut nos detallan en qué ocurre exactamente cuando bostezamos:

Durante un bostezo se aumenta el riego sanguíneo en la cabeza, el cuello y la cara, y el fluido cerebroespinal baja, alejándose del cerebro. Además, entra gran cantidad de aire en la boca, las cavidades nasales y los senos faciales.

Una vez tenemos claro a qué nos enfrentamos, podemos comentar las tres principales explicaciones que se manejan:

Aumenta los niveles de oxígeno: una teoría tradicional indica que, al inspirar más aire, se oxigena la sangre. Por desgracia, la evidencia no apoya esta idea, ya en 1987 un estudio concluyó que bostezar no modifica los niveles de oxígeno ni de dióxido de carbono en la sangre.

Eleva los niveles de atención: el bostezo se suele dar en muchas especies antes de situaciones importantes o en un cambio de comportamiento, y además provoca modificaciones en los neurotransmisores y en los niveles endocrinos, lo que apoya la idea de que facilita la concentración y la atención.

Baja la temperatura del cerebro: es una teoría reciente que considera que uno de los factores que controlan la temperatura del cerebro es el flujo sanguíneo, y que los bostezos están relacionados. De hecho, si la temperatura ambiental se acerca a la del cuerpo, el número de bostezos se reduce, ya que no hay posibilidad de enfriar.

¿Por qué se contagian los bostezos?

Otro tema delicado: si hay causas físicas para explicar este gesto, resulta sorprendente que se contagie. De acuerdo con estudios basados en escáneres cerebrales, tiene que ver con la empatía y la capacidad de ponerse en la piel del otro. Aunque sólo entre el 60% y el 70% de los individuos son susceptibles a “contagiarse” de bostezos. Una teoría basada en observaciones en animales indica que, como este fenómeno aumenta la atención, que otros miembros del grupo lo experimenten al mismo tiempo representa una protección frente a amenazas.

Sin duda, aún hay mucho que investigar, pero parece claro que no estamos ante un simple aviso de que es importante para nuestra salud dormir lo suficiente. Puede que en unos años conozcamos en detalle cómo funciona este proceso.

¿Qué opinas del tema? ¿Eres de los que bosteza mucho y se contagia fácil, o sólo lo hace si estás muy cansado?

Imagen | Donnie Ray Jones

Archivado en Biología
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