Ya os hemos dado algunos trucos para mejorar la memoria, pero… ¿y para evitar que nos la manipulen? Lo de los recuerdos falsos suena a ciencia ficción, pero parece que resultan más sencillos de implantar de lo que parece. No hacen falta máquinas complejas, como la que se usó para cambiar los gustos musicales de un hombre, sino un truco muy básico. Eso, y ganarse la confianza de la persona a la que queremos hacer cambiar de opinión de un tema, algo que no siempre resulta fácil de lograr. En cualquier caso, la posibilidad está ahí.
Conocemos gracias a io9 un experimento realizado por criminalistas de la Universidad de California. Convencieron a un grupo de estudiantes (incluso con recortes de periódicos falsos) que un hombre disfrazado de Pluto y bajo los efectos de las drogas les lamió una oreja de forma inapropiada cuando eran niños. A otro grupo se le contó la misma historia, pero el hombre del disfraz era muy agradable, y la experiencia de pasar la lengua de tela del traje por las orejas fue positiva. Pues bien, ambos grupos creyeron la historia, y pronto empezaron a “recordar” aspectos de ese evento inventado de su infancia.
Pero lo curioso es que esos falsos recuerdos tienen consecuencias, por ejemplo, los que “sufrieron” el acoso de Pluto estaban menos dispuestos a gastar dinero en un souvenir del perro, como si el trauma fuera real. Una prueba de que es fácil manipular la memoria si la persona no desconfía de nosotros. Por otro lado, creo que estamos ante un experimento un tanto incómodo, que me recuerda al que intenta enseñar lo que es el racismo provocando racismo. Desde luego, la ciencia nunca deja de sorprender, y considero bueno saber estas cosas, para evitar que los gobiernos o las empresas intenten manipular nuestras mentes.
¿Qué opinas de este trabajo? ¿Te parece interesante, o no ves claro que un caso tan concreto demuestre nada?
Imagen | JD Hancock