En ocasiones la psiquiatría nos aporta temas simpáticos, como que los selfies pueden representar un problema mental, y otras veces más serios. El litio se utiliza para combatir el trastorno bipolar o incluso la depresión, a pesar de que no es un medicamento rentable: se trata de un elemento químico, por lo que no se puede patentar ni ganar mucho dinero con él. ¡Pero el agua del grifo también tiene litio! Desde cantidades inapreciables hasta un miligramo por litro, que en cualquier caso son muy inferiores a las que recibe una persona con un tratamiento específico.
Pero leemos en The New Tork Times que este elemento tiene un claro efecto positivo en nuestra salud mental, incluso en las pequeñas concentraciones del agua corriente. En general, los estudios científicos hacen hincapié en que las tasas de suicidio en las ciudades cuya agua tiene bastante litio son más bajas. También han mostrado casos en los que se reduce el número de homicidios y violaciones. Hablamos de estudios de zonas tan dispares como Texas, Japón, Grecia o Austria. En general, se cree que la pequeñas dosis continuas de litio tienen una acción protectora sobre las neuronas bastante importante.
En concreto, el estudio japonés encontró menores ratios de mortalidad generales en las zonas con más litio en el agua. Así que, aunque pueda parecer un poco extremo echar psicofármacos en el agua del grifo, podría ser una forma de atajar el creciente problema del suicidio en los países occidentales. Un tema en el que ya se están realizando avances de lo más interesantes, pero para el que cualquier ayuda resulta bienvenida. La medicina no ha otorgado demasiada importancia a la ingesta diaria de litio, a pesar de la evidencia a su favor, así que esperemos que se revise de nuevo este tema y se tomen las decisiones que resulten necesarias, aunque sean tan extremas como echarlo en el agua.
¿Qué opinas de este tema? ¿Apoyas la idea de añadir litio al agua, o crees que cada uno debe tomarlo por su cuenta y riesgo si lo considera adecuado?
Imagen | Jeff Turner
