¿Has notado que al finalizar el verano se te cae mucho más el pelo? Seguramente hayas encontrado una mayor cantidad de pelo en tu cepillo, peine o almohada y estés empezando a preocuparte, a pensar que te vas a quedar sin tu bonita melena y a buscar un remedio desesperadamente. Pero no te preocupes, no eres el único al que le ocurre, ya que se trata de un proceso totalmente natural. Te lo explicamos:
En los seres humanos, el cabello sigue un ciclo de crecimiento, denominado ciclo capilar, por el cual mudamos el pelaje. La diferencia con otros mamíferos es que cada pelo sigue este ciclo de manera independiente, lo que nos permite estar mudando el cabello durante todo el año. Este ciclo consta de varias fases:
- Fase anágena: tiene lugar la formación del cabello, es la fase de crecimiento.
- Fase catágena: período de estancamiento en la que el crecimiento se detiene.
- Fase telógena: tiene lugar la caída del cabello.
Varios estudios han demostrado que, debido a cambios hormonales, la fase telógena (en la cual el pelo cae de forma natural) aumenta al finalizar el verano y especialmente en octubre, lo que se denomina caída del cabello estacional.
Además, durante el verano nuestro cabello se ve expuesto a diversos factores que favorecen esta caída, como una mayor radiación solar, el cloro y otros productos químicos de las piscinas, el estrés, etc, factores que debilitan el pelo y provocan una mayor caída del mismo. Algunos investigadores sugieren que este ciclo puede aportarnos protección en la época de mayor radiación solar, ya que el cabello cae al finalizar el verano, por lo que puede tratarse de una ventaja evolutiva.
Así que no deberías preocuparte demasiado si ves en estas fechas tu lavabo lleno de pelos, ya que este será renovado de forma natural siguiendo el ciclo de crecimiento. Aun así se recomienda saber diferenciar cuando se trata de una caída natural y fisiológica o una caída patológica, en la que habría que analizar cuál es la causa y tratarla.