Nosotros ya te explicamos cómo se diseñan los cigarrillos para ser lo más adictivos posible, así que ya te puedes imaginar lo peligrosos que resultan. Lo peor es que el alcohol y el tabaco suelen ir de la mano (de acuerdo a las estadísticas), y quien abusa de uno de esos hábitos tiene posibilidades de hacer lo mismo con el otro. Sin embargo, ahora descubrimos que se pueden atacar ambos vicios apelando al bolsillo del consumidor. ¡Parece que a la gente le preocupa más gastar dinero que perder la salud! Y es que los seres humanos somos así de extraños…
Leemos en Shots sobre un estudio publicado en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research que se basó en datos de entre 1980 y 2009 en los Estados Unidos. Aquellos estados que subieron fuertemente los impuestos del tabaco vieron como el consumo de alcohol bajó un 26%, frente al 5% de los demás. Al parecer, si se aumenta un 20% el precio del tabaco se puede conseguir que se reduzca en dos puntos porcentuales el consumo de alcohol per cápita. Aunque este efecto se da sólo en aquellos que toman cerveza o licores, mientras que los que prefieren el vino no parecen verse influidos.
De todas formas, los investigadores creen que las personas que beben vino tienen tendencia a llevar un estilo de vida más sano, y anteriores trabajos demuestran que fuman menos. Ya hemos comentado que el vino tiene varios efectos beneficiosos sobre la salud pero, por ahora, el tabaco no ha demostrado ninguno. Así que me temo que lo mejor para la salud colectiva es que los gobiernos suban el precio del los cigarrillos (que ya no salen nada baratos), a pesar de que haya quien crea que estas medidas paternalistas no deberían llevarse a cabo en sociedades con un nivel educativo alto.
¿Qué opinas del tema? ¿Apoyas las subidas de impuestos sobre el tabaco, o crees que son injustas, a pesar de sus efectos positivos sobre la salud?
Imagen | MilitaryHealth
