¿Es la comida ecológica más sabrosa? ¿Sabe mejor que la comida que podrían servir en un restaurante de comida rápida como McDonald’s? ¿Saben los expertos en gastronomía realmente de lo que hablan? Uno de los vídeos virales más divertidos de los últimos tiempos, publicado esta semana en YouTube por la productora holandesa LifeHunters, responde a estas cuestiones. En el reportaje realizan un sencillo experimento en el que se muestra el poder de la sugestión y lo que realmente ocurre cuando se es consumidor ecológico por mero postureo. El experimento consiste en lo siguiente:
Dos reporteros, que dicen ser los supuestos dueños de un restaurante, van a un restaurante McDonalds, donde eligen y compran una serie de productos, los cortan y los empaquetan.
Acuden a una importante convención anual sobre alimentación y gastronomía en Houten, en la que montan un puesto para dar a conocer sus nuevos “productos ecológicos” que consistirían en una versión orgánica de la comida rápida.
Por último, ofrecen al público los productos comprados en McDonald’s haciéndole creer que se tratan de alimentos 100% ecológicos y recogen sus opiniones.
Todas las opiniones obtenidas son verdaderamente positivas: “Definitivamente es un producto fresco” “Se nota que es ecológica” “Es muy sabrosa”… y las personas entrevistadas indican que los bocados que les han ofrecido son de mejor calidad y más sabrosos que los productos de McDonald’s.
Este video nos hace plantearnos interesantes cuestiones sobre los prejuicios y la percepción de lo que comemos y la calidad real de la comida ecológica o de la rápida. La mayoría de las personas sabrán valorar más una comida por la que hayan pagado más dinero, aunque un plato, un producto o un vino de 100€ no tiene por qué ser más bueno que otro que cueste menos. En otras ocasiones, lo que se dice de un producto o la presión del entorno ejerce también un gran efecto sobre la opinión del mismo.
La comida ecológica no es necesariamente más sabrosa que otra que no lo sea, incluso expertos en gastronomía serían incapaces en más de una ocasión de distinguir productos ecológicos de otros no ecológicos. Sin embargo, esto no demuestra que la opinión de estos expertos no sea válida o que no tengan ni idea de lo que hablan. Esta conclusión puede ser un tanto injusta, ya que a todos los entrevistados se les aseguró que lo que degustaban era totalmente ecológico, argumentos con los que alimentaron la predisposición. Además, no sabemos si las personas que figuran en el reportaje son realmente expertos o no.
Lo que si nos muestra este video es lo absurdos que podemos llegar a ser en cuanto a distintos temas gastronómicos y al describir la comida. A veces resultamos ser verdaderamente pedantes.