Hace tiempo ya hablamos de que no contar con una ventana cerca en tu puesto de trabajo es malo y afecta a los ritmos del sueño. Pues hoy conocemos nuevos problemas asociados a los turnos laborales rotatorios. Ya se sabía que repercuten negativamente en nuestro reloj biológico, y en el pasado se han relacionado con problemas cardiovasculares e incluso con cánceres. Pero parece que nuestra mente también se ve dañada por estos incómodos horarios, especialmente en los casos de los comunes turnos de mañana, tarde y noche. ¡Al final el trabajo es la fuente de todos nuestros males!
Según leemos en The Independet, un estudio ha controlado a 3.000 personas en Francia a lo largo de los años, y ha comprobado que trabajar por turnos daña las funciones cerebrales, concretamente la memoria y las capacidades cognitivas. Vivir durante diez años bajo este régimen supone un envejecimiento mental adicional de seis años y medio. Se especula con que la causa pueda resultar similar a la del jet lag, que también empeora nuestro desempeño mental. Según esta teoría, las culpables serían ciertas hormonas del estrés. También se apunta a la falta de vitamina D como responsable, debido a la falta de luz solar.
Por suerte, este problema parece reversible, aunque se vuelve necesario abandonar los turnos rotativos durante cinco años para recuperarse. Por otro lado, las personas que trabajan en tareas peligrosas o que requieran concentración pueden estar poniéndose en peligro a ellas mismas o a terceros, así que veo este descubrimiento muy importante. Ya hemos comprobado que los ritmos circadianos afectan a nuestras habilidades al volante, y ahora queda claro lo importante que resulta respetar unos horarios razonables para mantenernos saludables. A nadie le gusta trabajar turnos, pero mucho menos sabiendo que eso puede mermar sus capacidades mentales.
¿Qué opinas del tema? ¿Un horario de funcionario es lo mejor para mantenerse sano, o prefieres trabajar por las tardes?
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