Esta semana estamos pegando un buen repaso a la ciencia española: hemos comprobado que las aves en Chernobyl se están adaptando a la radiación, y también tratamos los nuevos descubrimientos respecto al Alzheimer. El trabajo de la Universidad de Granada que nos ocupa no resulta tan ambicioso, pero lo cierto es que lo veo muy interesante. Todos sabemos de personas que se levantan como una rosa y con ganas de comerse el mundo, y a media tarde están sin fuerzas. Otros empiezan el día con muchas dificultades pero, según pasan las horas, empiezan a rendir al máximo.
Pues bien, para este estudio se escogieron grupos de personas que respondían a los perfiles de “matutinos” y “vespertinos”, y se les hizo conducir a las ocho de la mañana y a las ocho de la tarde. En ambos casos se revelaba una pérdida de concentración a la hora menos adecuada a su cronotipo, que empeoraba su desempeño. Sin embargo, los matutinos fueron mucho más regulares, mientras que entre los que están más activos por la tarde conducían bastante peor en su momento malo. Puede parecer una anécdota, pero las empresas harían bien en tomar nota de este descubrimiento para mejorar la seguridad en el trabajo, adaptándose a sus empleados.
Profesionales como pilotos de avión o cirujanos deberían tener turnos adecuados a su cronotipo para ofrecer el máximo rendimiento. Sin embargo, franjas como de las tres a las cinco de la mañana, o la de la siesta, son malas para todo el mundo. Por otro lado, los investigadores avisan de que conducir tras más de 18 horas en vela (por ejemplo, haberse levantado a las ocho de la mañana y conducir a las dos de la madrugada) implica un riesgo similar al de circular con la tasa máxima legal de alcohol en sangre. Sin duda, datos útiles que pueden evitar muchos accidentes en el futuro.
¿Qué opinas de este tema? ¿Crees que existen tantas diferencias en las personas según sus ritmos biológicos, o las ves exageradas?
Fuente | Universidad de Granada
