Está claro que la tecnología no para de mejorar, y muchas veces pensamos que los gadgets son demasiado caros y que en pocos meses se quedan obsoletos. Desde esa perspectiva puede parecer que disfrutar de los avances de la técnica no está al alcance de todos, pero lo cierto es que poco a poco los precios de ciertos dispositivos han bajado hasta cifras que encuentro irrisorias, y ofreciendo prestaciones más que aceptables. Así que vamos a analizar cómo se ha democratizado el smartphone.
Hay dos factores diferentes que han ido procovando que estos productos hayan llegado a todos los estratos de la sociedad. Son los siguientes factores:
– Tecnología suficientemente buena: la percepción de que un producto es de una calidad aceptable depende en buena medida de lo que se ofrece en el mercado. Por ejemplo, una cámara de 5 megapíxeles puede ser juzgada insuficiente cuando se venden modelos de 21 megapíxeles. No se puede valorar un smartphone sin establecer una comparación con sus competidores. Pero existe otro factor importante. Si un dispositivo sirve para su propósito de una forma correcta, los consumidores menos exigentes lo aceptarán, aunque esté por detrás de otras alternativas.
– El crecimiento del mercado: en un entorno competitivo, van surgiendo empresas que presentan nuevas propuestas. Buscan la rentabilidad y, para ello, a veces es estratégicamente interesante vender muchos productos de bajo coste en vez de pocos y muy caros. Los fabricantes de smartphones se han dado cuenta que resulta posible ofrecer estos terminales a consumidores con presupuestos reducidos, y han empezado a lanzar modelos a precios cada vez menores y con especificaciones crecientes. ¡La magia del libre mercado!
Un caso práctico
Vamos a revisar cómo han evolucionado los móviles comparando dos modelos populares. Por un lado, el Samsung Galaxy S III, que se puso a la venta en mayo del 2012, y el Motorola Moto G (2014), que te presentamos el pasado septiembre. Dos años y medio separan a ambos terminales, y no los he escogido por causalidad. Echemos un ojo a sus especificaciones:
Samsung Galaxy S III | Motorola Moto G (2014) | ||
---|---|---|---|
Pantalla | Panel AMOLED de 4,8 pulgadas y 1.280 x 720 píxeles | Panel IPS de 5 pulgadas y 1.280 x 720 píxeles | |
Procesador | Cortex A9 de cuatro núcleos a 1,4 GHz fabricado a 32 nanómetros | Cortex A7 de cuatro núcleos a 1,2 Ghz fabricado a 28 nanómetros | |
Memoria RAM | 1 GB | 1 GB | |
Almacenamiento | 16 GB con ranura para tarjetas microSD de hasta 64 GB | 16 GB con ranura para tarjetas microSD de hasta 32 GB | |
Cámara principal | 8 megapíxeles, f/2.6 | 8 megapíxeles, f/2.0 | |
Conectividad | 3G (en España), Wi-Fi n | 3G, Wi-Fi n | |
Batería | 2.070 mAh | 2.100 mAh | |
Precio de lanzamiento | 599 euros | 199 euros |
Como podemos ver en la tabla, son dos dispositivos muy similares a casi todos los niveles. El Samsung Galaxy S III brilla en algunos aspectos por ser un gama alta, y el Motorola Moto G (2014) en otros por haber sido lanzado mucho más tarde, pero sorprende lo parecidos que son a nivel técnico. Los dos se han quedado muy atrás respecto a la gama alta actual, pero creo que eso no importa para este ejemplo.
Lo que quiero destacar es que, en estos dos años y medio, el precio de un terminal que antes tope de gama se ha quedado en un tercio del original. Las características que antes valían 599 euros ahora cuestan 199 euros.
Hemos puesto como ejemplo este terminal, pero otros como el bq Aquaris E5 4G, del que ya te hablamos, ofrecen prestaciones aun más avanzadas (dispone de 4G) por sólo 219 euros.
¿Lo suficientemente bueno?
He ahí la pregunta más importante. ¿Terminales como el Motorola Moto G (2014) o el bq Aquaris E5 4G son lo suficientemente buenos para un uso normal? Si quieres profundizar en el tema, no tienes más que echarle un ojo al reciente análisis en vídeo que hemos hecho del modelo de bq:
El resumen es que, por 220 euros, podemos hacernos con un terminal que satisface las necesidades de la mayoría de los usuarios. Sufre carencias, pero son pequeñas, y que en ningún caso van a dificultar nuestra experiencia en el día a día. Lo importante es que Android, el sistema operativo del bq Aquaris E5 4G, funciona de forma fluida en este hardware sencillo. Las ralentizaciones del sistema fueron uno de los grandes problemas de generaciones anteriores, y ahora parecen cosa del pasado.
Los demás aspectos tampoco se quedan atrás: la cámara resulta aceptable (mejorable, pero usable), la pantalla es perfectamente nítida, la velocidad de acceso a Internet más que suficiente… No, la baterías de modelos como el Motorola Moto G (2014) o el bq Aquaris E6 4G no destacan especialmente, pero tampoco están mal. La autonomía es un tema pendiente de todos los smartphones, incluso de aquellos más caros.
Entonces, ¿para qué queremos la gama alta?
En mi opinión, la gama alta no ha dejado de tener sentido, sólo ha pasado a dirigirse un público más limitado. En el pasado teníamos que adquirir un terminal muy caro si queríamos disfrutar de una buena experiencia, ahora la encontramos en modelos mucho más asequibles, así que la mayoría de los usuarios haría bien en mirar por su bolsillo y no comprar dispositivos absurdamente avanzados.
Los smartphones insignia de las marcas deberían quedar reservados para los más entusiastas de la tecnología, a los que nos les importe gastar mucho para tener lo último de lo último. Y no se puede decir que estos modelos no aporten cosas interesantes: las cámara pasan de ser “aceptables” a ofrecer resultados espectaculares, las pantallas se vuelven excelentes (aunque no todo el mundo las apreciará) los videojuegos resultan mucho más fluidos y espectaculares, disfrutamos de características curiosas como lectores de huellas dactilares o resistencia al agua…
¡Y los acabados! En muchos casos, el coste de un terminal de gama alta se justifica en buena parte por sus lujosos materiales de fabricación y por una delgadez extrema muy atractiva. Y eso sin hablar de cierta marca de lujo con una manzana en su logo que tiene unos precios mucho más elevados de lo esperable debido a la irracional obsesión que sienten por ella muchos compradores.
Conclusión
La conclusión no puede ser otra: los terminales de gama media, sobre los 200 euros, resultan lo suficientemente buenos para la mayor parte de los usuarios. Y, además, tampoco se quedan tan atrás respecto a los gama alta, al menos no de una forma que haga que los consumidores piensen que compran algo que no vale la pena.
El smartphone se ha democratizado, y la tendencia no se va a detener. La demanda de los países en vías de desarrollo hace que cada vez se dirijan más esfuerzos a desarrollar componentes económicos, y no pasará mucho tiempo antes de que llegue al mercado el tan deseado smartphone de 99 euros que realmente valga la pena y ofrezca una buena experiencia. ¡Los móviles ya están al alcance de cualquiera!
¿Qué opinas de este tema? ¿Para ti un móvil de gama media es suficiente, o crees que hay que gastar una cantidad importante si queremos un producto de calidad?
Tendré que ver qué móvil comprarme… mi Xperia T está fallando cada vez más 🙁
Pues yo ahora mismo iría a por un móvil chino, precio siempre imbatible y calidad cada vez mejor.
Discrepo con lo de “mas asequibles”, mi primer iPhone EDGE me costo 350 dls americanos, era el primero de su categoria con tecnologia de primera generacion etc etc…. Ahora mi iPhone 6 Plus me costo mas de 800 dls
Entiendo que no se comparan los componentes internos del 2007 al 2014 pero, no se han vuelto mas asequibles que digamos
Es verdad que con el primer iPhone se vivieron algunas situaciones un poco raras pero, si no me equivoco, era porque no se vendía en ningún caso en formato libre. En posteriores versiones todo se fue normalizando… pero de nuevo, Apple representa una excepción: sigue con sus precios escandalosos, que suben en vez de bajar, porque son una marca cool.
[…] poco comentamos que el smartphone se había democratizado y que se venden interesantes modelos por 200 euros. Pero con las tabletas no pasa lo mismo. No sé […]
[…] poco comentamos que el smartphone se había democratizado y que se venden interesantes modelos por 200 euros. Pero con las tabletas no pasa lo mismo. No sé […]