Hace tiempo leímos que un café antes de una pequeña siesta es la fórmula perfecta para esta a tope, pero mucha gente toma esta bebida sólo por placer. ¿Te gusta el café solo o le echas leche y un par de azucarillos? Pues parece que podrías ahorrarte ahorrarte endulzarlo gracias a un truco psicológico de lo más curioso. Y es que un equipo liderado por George Van Doorn ha investigado respecto a cómo afecta la taza a nuestra percepción del sabor del café. Un asunto que puede parecer una tontería, pero importante para muchos hosteleros.
Descubrimos este tema en IFLScience: al parecer, el café sabe más amargo en una taza blanca (como las típicas de porcelana) que en otra transparente (al estilo de un vaso de cristal). Son las presentaciones más típicas del café, así que se trata de una situación que vivimos día a día. Supuestamente, el color marrón del café nos hace pensar en algo amargo (o más bien, que no es dulce), y el contraste resulta mayor frente a un tono blanco que cuando el recipiente es transparente. Es más, si la taza es azul (que aumenta el contraste), se percibe el café incluso más amargo. ¡Qué curioso!
Aunque tampoco se trata de un campo de investigación novedoso, ya que en su momento se comprobó que una mousse de fresa roja se consideraba más dulce sobre un plato blanco que sobre uno negro. El trabajo de Van Doorn me parece importante porque también se vio que un café “intenso” (muchas veces considerado como de calidad) debía ser amargo, al menos en la opinión de muchos consumidores. Un descubrimiento interesante, sobre todo para los amantes del café. Y, hablando de esta bebida, hace tiempo presentamos el Kopi Luwak, el café más caro del mundo… pero no sabemos si será mejor servirlo en una taza blanca o en una transparente.
¿Qué opinas de este tema? ¿Crees que el recipiente modifica el sabor aparente del café, o te mantienes escéptico respecto a este estudio?
Imagen | david pacey
