Aunque me hice con una Google Nexus 7 del 2012 cuando salió a la venta, lo cierto es que esta tablet con Android no me conquistó especialmente. Cuando se estropeó, algunos meses después de que la comprara, en ningún momento me planteé sustituirla. No es que fuera un mal dispositivo, pero tampoco le encontraba demasiada utilidad y, la verdad, no colmó mis expectativas. Pero, de un tiempo a esta parte, empecé a pensar que sería una buena idea adquirir otra tablet dado el mayor consumo de contenidos que estaba realizando, y lo vi muy claro: iba a tener en cuenta a Android, a Windows 8.1 y a los iPad como candidatos igualmente válidos, a pesar de que siempre he sido un amante del sistema operativo del robot verde.
En este artículo os explicaré las consideraciones que realicé a la hora de escoger el dispositivo, los puntos fuertes y débiles de cada plataforma, y por qué creo que el iPad representa la única opción lógica para la inmensa mayoría de los usuarios que quieran una tablet para utilizarla de forma intensiva, y no como un accesorio tecnológico más que coge polvo en un rincón. Empieza mi análisis:
Mis condiciones
Desde luego, quería una tablet compacta y, aunque las 9,7 pulgadas del iPad Air me tentaron en algún momento, lo cierto es que estoy más que encantado con las 7,9 pulgadas del iPad mini: es pequeño y transportable, pero se nota más espacioso que un modelo de 7 pulgadas… y el formato 4:3 me parece mucho más cómodo que el panorámico, tan común en Android y Windows.
También quería un aparato económico, y resulta evidente que los de Apple no cumplen esa condición. Pero a veces uno está dispuesto a gastar un poco más cuando la calidad recibida es proporcionalmente muy superior. A finales del año pasado Apple actualizó su gama de tablets, y dejó un producto tan interesante en hardware y software como el iPad mini 2 por sólo 289 euros. En realidad, es fácil encontrar ofertas mejores de este modelo en ciertas tiendas, así que el precio final tampoco se dispara tanto. En mi caso, recibí una propuesta irrechazable por una unidad de segunda mano, pero hubiera pagado el precio de una nueva si supiera lo que me esperaba.
Los rivales
Como no tenía una necesidad real del dispositivo, pasé mucho tiempo esperando a que apareciese el adecuado. Ya vimos que el Google Nexus 9 supuso una gran decepción, y su precio se salía de mi presupuesto. Pero el verdadero problema era que Android no está nada bien adaptado a las tablets: su interfaz no aprovecha el espacio y, aunque dispone de muchas aplicaciones, no suelen sacar partido del mayor tamaño de pantalla. A pesar de que estoy enamorado del genial estilo visual de Android 5.0 Lollipop y de la libertad del sistema operativo del robot verde, el software del iPad es superior. Sobre todo con la llegada de iOS 8, que eliminó bastantes limitaciones.
Tampoco me desagradaba para nada Windows 8.1. Desde que se lanzó Windows 8 hace más de dos años tuve claro que su interfaz y experiencia de usuario eran perfectas para una tablet. Pero el problema se encontraba en que las aplicaciones Modern UI (diseñadas para usar con los dedos) no llegaban, y no tenía sentido comprar una tablet pequeña sin aplicaciones… o para usar las clásicas de Windows, que son más adecuadas para un usuario profesional. Lo cierto es que el hardware con Windows 8.1 ahora mismo tiene precios muy competitivos, por unos 100 euros hay aparatos geniales. Pero, por lo que cuesta un iPad mini 2, es difícil encontrar un dispositivo tan atractivo que utilice el software de Microsoft.
El iPad es la única opción…
Dado que iba a usar mucho mi tablet (aunque tampoco es que la necesitara), decidí que lo mejor era hacer una inversión algo mayor y disfrutar del producto más completo del mercado. Obviamente, un geek como yo siempre tiene curiosidad por la tecnología, y tenía ganas de probar a fondo iOS, un sistema operativo que siempre he criticado. Muchos de sus fallos frente a Android siguen ahí, pero las aplicaciones en iOS sí que está en su mayoría adaptadas al tamaño de una tablet y hay muchas donde escoger, dos aspectos muy importantes para mí.
Al final, la experiencia con un producto de Apple siempre es buena, aunque un amante de Android se pueda sentir “enjaulado”. Considerado el precio oficial del aparato, la verdad es que tiene un buen hardware: ofrece una soberbia pantalla, un lujoso acabado en aluminio y una gran duración de batería. Aunque procesador y RAM se quedan cortos, al final eso no afecta demasiado a la experiencia global. El iPad mini 2 va fluido (quizá un pelín más lento que mi Google Nexus 5), tiene muchísimas apps de calidad y… ¡un montón de juegos! Me atraen mucho los videojuegos, y sé que una tablet no resulta la plataforma ideal para ellos. Pero, si alguien quiere echar unas partidas en un dispositivo táctil, iOS se encuentra a años luz de Android y de las tablets Windows.
…pero tiene fallos
Por supuesto que he encontrado cosas que no me gustan. No me agrada nada no poder instalar aplicaciones de fuera de la tienda oficial de Apple con facilidad. Pero la marca de la manzana es muy tozuda, y esto no va a cambiar en breve. Así que acepto esta molestia, aunque de muy mala gana. Desde luego, la pobre pantalla de inicio, que no tiene ni widgets, la veo muy anticuada. Las notificaciones están lejos de ser tan buenas como las de Android. Y ciertas limitaciones de la multitarea me han dado problemas al usar servicios que no fueron pensados para dispositivos móviles.
Tampoco quiero dejar de mencionar que, frente al visualmente pulido Android 5.0 Lollipop, iOS 8 ya no se ve tan bonito como antes. En el pasado los desarrolladores del ecosistema de Apple solían seguir el estilo que marcaba la firma de la manzana, pero ahora Google está consiguiendo eso mismo con el diseño Material Design, y las aplicaciones Android cada vez se ven mejor.
—-
Así que esta ha sido mi experiencia a la hora de elegir una tablet. A pesar de ser fan de Android y estar más que encantado con mi fiel Google Nexus 5, no pude negar la evidencia de que Apple se ha transformado en la líder indiscutible en tablets. El iPad mini 3 no aporta gran cosa frente al de segunda generación que escogí pero, si quieres una pantalla más grande, casi todo lo que he mencionado en este artículo se aplica a los iPad Air de 9,7 pulgadas, sobre todo al de primera generación, que con determinadas ofertas se puede conseguir muy bien de precio. Así que, a pesar de todo, el iPad sigue siendo la mejor tablet del mercado.
¿Qué opinas de este tema? ¿Estás de acuerdo con que el iPad es el rey de los tablets, o crees que depende mucho de las necesidades de cada usuario?
Pienso que aunque el ipad se venda por toneladas, las tabletas surface de Microsoft son infinitamente superiores
Tengo dos iPads, uno de trabajo y otro de ocio. Un barato Chuwi V88 (android) de comodín, y amigos con Microsoft Surface y estoy de acuerdo con “fecho” voto por Surface. El iPad no es malo, claro, pero lo coloco en 3er lugar, osea último. Surface me ha asombrado
¡Pero yo creo que Surface es más un ordenador que una tablet! Está claro que para crear contenido está muy por delante, pero para consumirlo creo que no resulta una buena opción.
Aquí entran las inevitables subjetividades.¿Qué es una tableta?. Si el máximo de operatividad y potencia es un PC y te lo ponen en formato tableta…no puedes pedir más. No es sólo estética mínimalista, que es lo que creo que prioriza Apple y muy buena fluidez, (faltaría más, con lo capado que va …) Insisto: me encanta la idea de todo un PC sin capar, en formato tableta. Saludos